Un grupo de ratones de laboratorio fueron convertidos en lo que los científicos del proyecto describieron como ratones 'zombies'
La revista Cell es una revista bimensual que publica hallazgos inusuales e innovadores en cualquier área de la biología experimental. Una de sus recientes publicaciones habla sobre un gran hallazgo que obtuvieron los investigadores de la Universidad de Yale, quienes han aislado los circuitos cerebrales que coordinan el instinto asesino y de caza.
El estudio reveló que mediante el uso de un láser que altera y estimula ciertos grupos neuronales específicos, algunos mamíferos pueden adquirir las mismas características de un 'zombie', es decir, se vuelven violentos, persiguen a sus víctimas, muerden casi cualquier objeto y sólo intentan comerlos.
Cuando el láser está apagado, los animales se comportan normalmente. Pero al encender el láser, los ratones asumen las cualidades de 'los caminantes' de The Walking Dead
El investigador principal Ivan Araujo profesor asociado de psiquiatría en La Escuela de Medicina de la Universidad de Yale y un Asociado en el Laboratorio John B. Pierce comentó que al encender el láser, los ratones saltaban sobre un objeto, lo sostenían con las patas y lo mordían intensamente como si trataran de capturarlo y matarlo. Sin embargo, Araujo comentó que la analogía con 'The Walking Dead' sólo es valida hasta cierto punto, pues los ratones nunca intentaron cazar otros ratones, además de que influía mucho si tenían realmente hambre o no.
La ciencia logró apoderarse de los instintos
El equipo de investigación de Ivan Araujo no sólo localizó la región cerebral que desata los impulsos asesinos y de caza, sino que lograron controlar, activar y desactivar a placer estos instintos. Este descubrimiento es significativo para el mundo de la neurociencia pues permite una comprensión mucho más precisa del comportamiento cerebral de los mamíferos.
Dentro de los experimentos que realizaron fue el de lesionar las neuronas asociadas con morder y matar, al activar el láser observaron que los ratones perseguirían a la presa pero no podrían matarla. La fuerza de su mordida se había reducido en un 50 por ciento.
Estos nuevos avances científicos en el campo neuronal han ayudado a delinear una red neuronal que permite la distinción de comportamientos y sugieren que las neuronas de la amígdala central dan esas instrucciones de asesinato y caza y se plantea que esto no sólo es posible en los ratones sino en todos los vertebrados con mandíbulas.