Sí, lo sabemos: ver sandalias tan vertiginosas como bonitas nos inspira el deseo de subirnos a ellas para deambular como diosas, pero... lucirlas exige cuidar los sufridos pies para compensar los efectos secundarios de los tacones.

Llevar tacones altera el centro de gravedad. No el permanente, pero sí el corporal, pues cambia toda la alienación del esqueleto. Ejerce una presión en el metatarso, como si estuviéramos descendiendo una rampa, y aumenta la presión sobre las rodillas, empujando además la cadera y la base de la columna hacia delante, alterando la curva natural de la espina dorsal.

También cambia la posición del pecho y de la cabeza, adelantando ambos. ¿Otra consecuencia? Los músculos de los gemelos se acortan, y los tendones se engrosan.

Cuando tenemos un evento de trabajo, una cena importante, una boda, siempre buscamos ponernos un vestido con el que deslumbrar a al resto de los invitados acompañado, como no, de un 'taconazo' no menos espectacular. Salimos a comprar esa sandalia que al día siguiente dará que hablar pero sobre todo, del que tus pies se acordarán seguro. Para que luzcas perfecta de arriba y abajo y tus pies aguanten sin ningún tipo de problema, te proponemos está 'Guía de imprescindible de control de daños'.

1. Siempre es buena idea comprar los zapatos por la tarde, cuando los pies están más hinchados.

Un truco aún más importante cuando de calzado alto se trata.

2. Se deben elegir sandalias con palmilla (la parte de la plantilla) de cuero, para que el pie no resbale, y que además esté almohadillada para reducir la presión sobre el metatarso.

3. Estirar los músculos de las piernas, especialmente los gemelos, no es bueno sólo para las runners: también ayuda a aliviar la compresión y hasta el acortamiento que los tacones provocan en ellos.

4. Sabemos que este punto es una obviedad, pero... la altura también importa. Un tacón de 8 cm. aumenta la presión sobre la almohadilla del pie en un 76%, por lo cual nao está de más optar por alturas que no produzcan vértigo.

5. Cuidado con las suelas muy finas: conviene que tengan cierto grosor o incluso una ligera plataforma para reducir el impacto contra el suelo.

Si el diseño del calzado lo permite, se deben insertar almohadillas de silicona.

6. Moderación: es importante no llevar tacones excesivamente altos durante largos periodos de tiempo. Parece un consejo básico e imprescindible -y realmente lo es-.

Si sigues estos 6 mandamientos conseguirás llevar los tacones con tanto estilo como Taylor Swift y Candela Noviembre.