El artículo que quería publicar esta mañana era el siguiente:

"A Pedro Sánchez se le ha visto el plumero. Antes de que Jorge Javier Vázquez se pronunciara rotundamente en contra del Torneo del Toro de la Vega, el mismo día de la fiesta de este año, tras la muerte de Elegido, ni Pedro Sánchez ni el PSOE, partido del que es secretario general, se pronunciaron al respecto. Sin embargo, que el presentador del programa líder de audiencia en su franja horaria, Sálvame, declarara su intención de no votar al PSOE (el alcalde de Tordesillas es de este partido y es un ferviente defensor de esta infame tradición), llevó a Pedro Sánchez a llamar al programa y declarar que estaba en contra de esta fiesta y del maltrato animal.

Allí mismo prometió que si llegaba al poder promovería una ley en contra del maltrato animal.

A Pedro Sánchez no le ha importado demostrar públicamente que se mueve únicamente por intereses electoralistas. El que un líder de audiencia declare su intención de dejar de votar al PSOE, hizo que no tardara ni cinco minutos en ponerse en contacto con el programa. Se le ha visto el plumero.

El voto tauricida es irrelevante por escaso. Por otra parte, el partido que le come terreno, Podemos, también recoge en su programa la creación de una ley en contra del maltrato animal, a pesar de lo cual este partido sube como la espuma. Obviamente, desde un punto de vista electoral, pronunciarse contra la tauromaquia y el resto de eventos taurinos, en particular, y en contra del maltrato animal, en general, no supone una gran pérdida, al contrario, puede ayudar a arañar bastantes votos.

Lo que en Tordesillas tiene un rédito electoral es pronunciarse a favor del Torneo del Toro de la Vega, prometer salvaguardarlo de las injerencias extranjeras; por el contrario, lo que es beneficioso electoralmente fuera de esa infame villa es pronunciarse abiertamente en contra del tauricidio en general.

Para Sánchez, el Ayuntamiento de Tordesillas y su alcalde, José Antonio González Poncela, son piezas de poco valor, vulgares peones.

La declaración de principios reciente del PSOE y su nueva promesa electoral, ponen a este alcalde en una situación más que difícil. Tiene dos opciones, la primera es alinearse con el partido y ponerse en contra del Torneo del Toro de la Vega, el cual ha defendido abiertamente en numerosas ocasiones; la segunda, es abandonar el partido.

Y es que, los intereses electorales de ambos políticos están ahora enfrentados.

Sea como fuere, a Pedro Sánchez ya se le ha visto el plumero. Ahora le toca mover ficha al alcalde de Tordesillas. Según lo que haga, podremos saber si es un hipócrita, como su líder, y por ello siempre estuvo a favor del Toro de la Vega, a saber, para ganarse el voto tordesillano; o bien, es un ser cruel y sanguinario, cómplice de la tortura anual de un toro. Si sigue en el PSOE, será un hipócrita; si decide salirse, entonces demostrará su crueldad. En cualquier caso, ahora le toca al señor González Poncela enseñarnos su plumero."

Este artículo había sido escrito y estaba a punto de salir publicado. Afortunadamente, un retraso en su publicación me ha permitido remediar la cosa.

Resulta que Pedro Sánchez ha dicho esta mañana en una entrevista en la COPE que si llegaba al gobierno no iba a prohibir las corridas de toros. Por otra parte, ayer el PSOE presentó una propuesta en el Congreso en la que se pretende "establecer los mecanismos y desarrollos legales necesarios que impidan situaciones de maltrato animal en los espectáculos públicos y festejos populares realizados en todo el territorio nacional."

Lo que está claro es que el señor Sánchez no está dispuesto a sacrificar votos ni a enfrentarse con el lobby taurino, no se moja, por lo que ha engañado a todo el mundo, diciéndole a cada uno lo que quiere oír: a los antitaurinos les ha dicho que prohibiría los toros, que estaba en contra de esa fiesta.

Lo aseguró públicamente en Sálvame. Por otra parte, a los taurinos y a su lobby les ha dicho, esta mañana, que no tocaría su fiesta. Seguramente, el voto antitaurino tiene mucho peso, pero no tanto como el lobby taurino, formado por ganaderos de la talla de la familia Domeqc.

En líneas generales, el artículo era acertado, aunque necesitaba ser completado con las declaraciones de esta mañana. En cualquier caso, Pedro Sánchez no es un político de fiar. Esto ya lo sabíamos, pero esta mañana él mismo lo ha terminado de confirmar completamente.