Ayer fue un día más de protestas en toda Venezuela, pero especialmente en Caracas, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), no permitió que los manifestantes ejercieran su derecho a la protesta, impidiéndoles que se apostaran en la autopista Francisco Fajardo en la actividad de protesta que estaba pautada desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde del 5 de junio.

Según lo que se observó, ya el régimen no quiere ver gente en la calle porque desde muy temprano la "autoridad" comenzó a reprimir lanzando bombas lacrimógenas, perdigones, pero esta vez los honorables representantes de las Fuerzas Armadas Bolivarianas no se conformaron con sólo ahuyentar a los manifestantes, sino que también algunos fueron despojados de sus pertenencias.

Pero no sólo los venezolanos de a pie fueron agredidos y robados sino que hicieron lo imposible para que los periodistas no tomaran vídeos de las fechorías que estaba cometiendo. Una de las víctimas de estos sucesos fue la periodista Mary Mena, corresponsal de TV NOTICIAS, quien a través de su cuenta Twitter denunció que ella y a su camarógrafo fueron robados por la GNB: dos cámaras, sus teléfonos y un trípode fue el botín que los policías malandros se llevaron a sus casas.

Los Diputados Miguel Pizarro y Juan Requesens también llevaron su cuota de represión en la Autopista Francisco Fajardo cuando varios Guardias Nacionales se les acercaron, pegándole en la boca al primero con su escudo y empujaron al segundo por una alcantarilla que estaba sin reja y antes de irse lanzaron una bomba lacrimógena para completar la agresión.

Tanto el Diputado Pizarro como algunos manifestantes ayudaron al Diputado Requesenes a salir de la alcantarilla, de donde salió con un brazo herido.

A pesar de esto, los Diputados continuaron en la calle para alcanzar las 12 horas pautadas de protesta y durante todo el tiempo, ellos y el resto de los venezolanos, quienes desean salir de la Dictadura, valientemente resistieron la arremetida de las fuerzas del régimen.

Frente al Centro Comercial Ciudad Tamanaco, no sólo les lanzaron bombas lacrimógenas y perdigones, sino que algunos policías dispararon con sus armas, las cuales están prohibidas para controlar las protestas pacíficas y aterrorizaron hasta la anoche a las personas que corrieron para resguardarse en el Centro Comercial.

El régimen le dio luz verde a sus funcionarios para abusar y amedrentar a quienes salen a protestar, pero el pueblo venezolano no tiene miedo y seguirá en la calle porque sabe lo que le espera si deja que Nicolás Maduro se salga con la suya.