Hace una semana atrás, el presidente Trump coronó la ofensiva contra la prensa de su país al denominarla "el enemigo del pueblo americano". Consagrada en la Primera Enmienda de la Constitución, parece que la libertad de expresión no seguirá siendo el orgullo de Estados Unidos.

La administración Trump denegó el acceso a la reunión diaria, que los medios de prensa mantienen con el portavoz de la Casa Blanca Sean Spicer, a la prensa que no le es amigable. CNN, The New York Times, Político, Los Ángeles Times y BuzzFeed, denunciaron que fueron detenidos por asistentes de Spicer, quienes eligieron arbitrariamente a los periodistas de los medios a los que permitirían la entrada.

Se autorizó el acceso a ABC, CBS, Fox News y el conservador The Wall Street Journal, entre otros, que se caracterizan por informar favorablemente sobre los actos presidenciales. Cabe señalar que tal discriminación se produjo en ausencia de cámaras.

Dean Baquet, ejecutivo del New York Times, aseguró a Reuter que “en la larga historia durante la cual cubrimos a gobiernos de distintos partidos políticos, nunca ocurrió algo así".

El ex presidente George W. Bush se ha manifestado en defensa del periodismo, denominando su función como indispensable en la democracia, explicitando su disconformidad con lo actuado por su correligionario, el republicano Donald Trump. Además, en oposición a la actual administración, el ex presidente, se declaró partidario de una política migratoria de acogida.

La cadena NBC recogió la siguiente declaración de Bush: "Considero que los medios son indispensables para la democracia, necesitamos unos medios independientes para que pidan cuentas al poder, que puede ser muy adictivo y corrosivo”.

La sala de prensa de la Casa Blanca, construida en 1969 y autorizada por el presidente Nixon.

Transmite televisivamente los encuentros diarios que, los medios acreditados llevan a cabo con el portavoz del presidente. El nuevo gobierno contempla la posibilidad de trasladar ese espacio al edificio de oficinas Eisenhower, ya que los 49 asientos que han usado las anteriores administraciones, le han parecido escasos al presidente, para las expectativas que produce su gestión. Vista la selección que se hace de los medios que pueden asistir a las ruedas diarias, es posible que al Sr. Trump no le sea necesario ampliar la capacidad de ese recinto.