El 13 de junio de 2016 volvían las Finales a Oakland con 3-1 a favor de Golden State, que por entonces defendían título, y ahí comenzó la pesadilla que aún hoy sobrevuela sobre la franquicia y sus aficionados. El equipo del 73-9 prometía romper todos los registros con un segundo anillo de la NBA, pero encadenaron fracaso tras fracaso y Cleveland Cavaliers se acabaría llevando el título. Hoy, 12 de junio de 2017, la serie vuelve a la misma ciudad en idéntica situación y con el barrido en la retina que sufrieron los Warriors en The Q en el cuarto partido.

Solo Kevin Durant estuvo a la altura, Curry desapareció, Green se desquició una vez y bordeó la eliminación y Klay Thompson dio un paso atrás en su evolución en los playoffs.

Los Cavs quieren repetir lo del año pasado

Los Cavs arrasaron en todas las facetas del juego, su intensidad se llevó por delante el 16-0 al que aspiraban los de Steve Kerr en postemporada, la mejor marca de siempre, y sobre todo lo hicieron gracias a un acierto inusualmente alto, con un 53% de acierto en triples para un total de 24, rompieron el récord de anotación en un primer cuarto de todas las Finales de la NBA con 49 y la puntuación más alta al descanso en una serie final con 86. Un partido perfecto que los de Tyronn Lue están obligados a repetir, al menos tres veces más.

Y lo están porque estos Warriors no son los de 2016, ahora cuentan con un arma mucho más potente que Harrison Barnes, un Kevin Durant que está marcando las diferencias y que si Golden State confirma el título, es el principal candidato a MVP.

Pero Cleveland cuenta con el factor miedo de su rival como ventaja. Después de verse sin anillo con 3-1 arriba, las pesadillas de entonces sobrevuelan Oakland.

Los Cavaliers ya fueron capaces de levantar aquella desventaja e hicieron historia. Estando LeBron James en sus filas, los de Tyronn Lue podrían ser los primeros en remontar un 3-0.

Cleveland Cavs, de menos a más

El Rey está en su territorio, lleva ocho años sin cerrar una eliminatoria sin haber ganado al menos un encuentro a domicilio, un dato increíble que pone aún más nerviosos a los aficionados de La Bahía.

Además, los de Ohio han ido de menos a más en las Finales y poco a poco se han ido sumando jugadores al nivel exigido. Primero fue Kyrie Irving en hacerlo, Kevin Love ha mejorado sus prestaciones defensivas, JR Smith ha revolucionado por completo los dos últimos choques y Tristan Thompson por fin ha llegado a lo que se le pedía: rebote e intimidación.

Está por ver si los actuales campeones de la NBA consiguen mantener el ritmo de anotación y físico del cuarto partido. Si lo hacen vuelven con 3-2 a Cleveland y los fantasmas se agrandarán sobre los californianos. La gloria o el peligro esperan esta noche.