La bioluminiscencia se produce en organismos tales como luciérnagas, como resultado de reacciones enzimáticas especializadas que requieren trifosfato de adenosina. Sin embargo, prácticamente todos los organismos vivos emiten luz extremadamente débil, de manera espontánea y sin fotoexcitación externa. Esta emisión de biofotones se cree que es un subproducto de reacciones bioquímicas en las que se producen moléculas excitadas a partir de procesos bioenergéticos que implican especies de oxígeno activo. En el cuerpo humano se presenta este hecho con luz de intensidad más débil que una milésima de la sensibilidad de los ojos.

Mediante el uso de dispositivo CCD, con capacidad de detectar la luz al nivel de un solo fotón, se lograron imágenes de la emisión espontánea.

Para la obtención de una imagen, se tardaba más de 1 hora, por lo que era imposible lograr un análisis de emisión de biofotones fisiológicamente relevante. Al mejorar el sistema de cámara CCD y la lente, se han obtenido con éxito imágenes utilizando un tiempo de exposición corto, comparable con el análisis de los fenómenos fisiológicos. Dado que se sabe que las tasas metabólicas cambian de manera circadiana, se investigaron las variaciones de la emisión de biofotones durante todo el día desde un cuerpo humano sano.

Resultados y discusión

Se utilizó una cámara CCD enfriada para funcionar a -120 grados Celsius, con un sistema de lentes de alto rendimiento La cámara se ubicó en una habitación en oscuridad.

Cinco varones sanos fueron sometidos a condiciones de luz-oscuridad normales y se les permitió dormir desde medianoche hasta las 7 de la mañana. A efectos de calidad de la imagen, la superficie del cuerpo fue secada y permanecieron 15 minutos en un cuarto oscuro para adaptarse a la oscuridad, después de lo cual fueron expuestos durante 20 minutos a la cámara CCD.

Las mediciones se realizaron cada 3 horas, de 10 de la mañana a 10 de la noche, durante 3 días. Justo antes y después de las mediciones, se tomó la temperatura corporal (termografía) y la temperatura oral. La saliva también se recogió después de las mediciones de fotones para el análisis del nivel de cortisona como un biomarcador de los ritmos circadianos endógenos.

La variación temporal de la intensidad de emisión de fotones se calculó a partir de datos de la imagen con datos intensidad en la cara y el cuerpo.

En todas las imágenes, la intensidad de emisión de fotones en la cara era más alta que en el cuerpo. Por otra parte, la intensidad de emisión de fotones de la cara no era homogénea, en la zona central alrededor de la boca y las mejillas era mayor que el área lateral y las órbitas. Así, la intensidad de emisión de fotones en la cara y parte superior del cuerpo mostró cambios dependientes del tiempo. La emisión de fotones era débil por la mañana, aumentaba por la tarde, alcanzando su punto máximo aproximadamente a las 16 horas. Estos datos sugieren que hay un ritmo diurno en la emisión de fotones por el cuerpo humano.
La emisión de biofotones es completamente diferente de las imágenes termográficas que muestran la temperatura superficial. La emisión alta de fotones se detecta a partir de las mejillas, seguido por la parte superior del cuello y la frente, mientras que la temperatura elevada se detectó en la región del cuello lateral supraclavicular, en la que la emisión de fotones era bajo. Se encontró una disminución de cortisona frente al aumento de la emisión de fotones.