Los expertos en ciberseguridad avisan: los conectores USB de recarga, que parecen ser una auténtica salvación, en realidad, son un peligro. La razón principal es que se pueden convertir en una puerta perfecta para que los piratas puedan robar información de tipo privado a través del usuario o con la instalación de varios programas de tipo malicioso.

Lo primero que se busca al llegar a una habitación de un hotel es el cable para recargar el teléfono móvil

No es extraño que después de un largo viaje, al llegar a la habitación de un hotel, lo primero que se localicen sean los enchufes para cargar los diversos dispositivos que hoy son tan habituales para nosotros, sobre todo si viajamos al extranjero.

Y parece que un cable USB en la pared es lo más deseado. Nadie puede estar sin batería, sin su teléfono móvil y, menos, si está viajando.

Este tipo de cables conectores parecen ser la mejor manera de ahorrar dolores de cabeza a la hora de hacer frente a la cantidad de enchufes que existen en el mercado. Pero los expertos han vuelto a avisar de su potencial peligrosidad: pueden convertirse en un canal de acceso para los conocidos como piratas informáticos.

La amenaza ya ha dejado de ser teórica para pasar a ser real

Aunque es una posibilidad que es conocida y que en el pasado ya ha aparecido en los medios de comunicación, la realidad es que, por primera vez, la Fiscalía de la ciudad de Los Ángeles, en EEUU, ha dado el paso de lanzar una alerta pública en la que solicita a la ciudadanía que evite, en todo momento, emplear los conectores USB que se encuentran en los aeropuertos, hoteles o lugares públicos ante la posibilidad cierta de ser víctima de lo que se conoce como juice jacking.

A través de esta técnica, los hackers pueden robar datos de manera directa del propio teléfono móvil (robando información privada, por ejemplo), pero también pueden llevar a cabo la instalación de un malware que podría registrar todas y cada una de las conversaciones y toda la actividad que se ha realizado desde el propio teléfono móvil, incluso pagos bancarios, datos que incluyen nuestro número de cuenta o de tarjeta de crédito.

A pesar de que los usuarios consideran, en términos generales, que esta amenaza es una exageración, los expertos advierten de que es una realidad. Es decir, que la posibilidad de correr el riesgo de ser atacado es muy elevada. Además, tanto las amenazas como las recomendaciones que se san son muy similares en el caso de la utilización de una wifi pública: lo mejor es no utilizar este tipo de redes, ya que no tenemos conocimiento de qué otros usuarios podrían estar conectados o con qué fines estarían empleando esa red compartida.