La tecnología sin duda optimiza varias de nuestras actividades, pero no siempre estuvimos en tanto contacto – con una fraternidad aterradora – como hasta ahora. Si damos una ojeada al pasado, muchos de nosotros buscamos algún indicio, algo que nos conecte indirectamente con la vida sin los dispositivos que utilizamos a diario.
Sin embargo, algunos inmigrantes digitales, ya no reconocen su realidad, sin el móvil o el ordenador. El único recuerdo latente con alguna clase de tecnología que alguna causó cierta disrupción en su época, fue el televisor.
La consola de videojuegos en su momento de igual forma causó un ¡Boom! en las décadas de su creciente comercialización.
Muy a pesar de lo que diría un nativo digital, casi nadie tiene memoria de lo que acontecía en la vida de cada quien, antes de que se interpusiera la tecnología. Los partidos de fútbol en la calle vacía por la tarde, la charla amena – compartiendo opiniones cara a cara – del programa visto en la televisión, reunión con los amigos y la familia. Conversaciones sin ánimo de segmentación absurda, y por supuesto no tener a la mano ningún dispositivo para evadirnos de la realidad, o que capte nuestra atención como si fuéramos zombies. Hay pocos usuarios – inmigrantes digitales – que rememoran con pesar, aquellos años donde la tecnología era casi fantasía de una historia de ciencia ficción, del comic que leían.
Amor “sin restricciones” a la tecnología
En estos años de despliegue total de la era tecnológica – invasiva – no reflexionamos, acerca de que nosotros no somos un medio para un fin – en definitiva no somos productos que benefician a las redes – todavía formamos parte de la naturaleza, y al ser seres orgánicos, la intensa carga de estos dispositivos, afecta de manera contraproducente a nuestro cuerpo.
Si bien, ya hemos leído en artículos anteriores, que dormir con el móvil al lado de nuestra cama, afecta de forma exponencial a nuestro descanso.
Afecciones que no pueden leerse entre líneas
Un estudio reciente de la Universidad Complutense de Madrid – UCM – ratifica, lo dañino que puede ser para la vista, enfocar toda nuestra atención visual por más de 20 veinte minutos, a cualquier dispositivo.
Algunos de los síntomas que se presentan en la actualidad, a raíz de la exagerada interacción son: sequedad en los ojos, visión borrosa e inflamación – ojo rojo – además dirigir la vista a la luminosidad del móvil puede crear un mal hábito, que nuestros ojos se adecuen a un nivel de luz menor. La consecuencia de estos cambios, es que forzamos la vista para encuadrar mejor los objetos en el campo de visión, sensibilizando nuestros ojos a la luz. Este padecimiento, origina a su vez dolores de cabeza entre otras sintomatologías.
Si tú trabajo o estudio, te demandan mucho tiempo en la computadora, o el móvil, toma descansos de vez en cuando, y humecta tus ojos con alguna solución prescripta por el oftalmólogo. Que la tecnología no fastidie tu salud.