En nuestras vidas virtuales, compartimos imágenes, estados de ánimo y un sinfín de información, que aparentemente no tiene importancia, sin embargo en el negocio de que alguien tenga resguardada tu información por más común y corriente que pueda parecer, no es cosa de juego. Tras estas incongruencias de adquirir datos por debajo del agua, sin el consentimiento de miles de usuarios, estamos bajo una guerra que pocos conocemos y que los dueños de las redes sociales, han tratado de ocultarnos.

Facebook busca analizar los perfiles de sus usuarios para orientarlos a los anuncios

Tras los escándalos, Facebook estará por mucho tiempo en el ojo del huracán mediático. Actualmente fue presentada para la red social, una patente en donde recaban particularidades de la personalidad del usuario, a través del análisis de mensajes y las actualizaciones en su estado, podrían definir su estabilidad emocional. El escándalo de la firma sigue en pie por invadir la privacidad y Facebook asegura que jamás ha utilizado una prueba que condicione a los usuarios a consumir productos, basada en una prueba de personalidad.

Este desacierto y revés de dicha patente fue expuesta en el 2012, referenciando a Michael Nowak – quien ha laborado 10 años con Facebook – y Dean Eckles – Profesor en el Instituto de Tecnología de Massachusetts –.

La patente ha presentado dos actualizaciones más, y la más reciente en 2016.

Los “like” fueron puestos en la mesa de estudio

Tras la exacerbada y descarada extracción de datos ¿acaso el público caerá presa de una histeria colectiva? Hace ya algunos años los académicos – Centro de Psicometría – Cambridge – hicieron pública la información sobre un estudio de predicción de personalidad, con base en los me gusta en Facebook, este artículo publicado en el año 2013, es el ejemplo de que han estado investigando patrones de personalidad hace ya varios años.

La respuesta ante estas nuevas declaraciones y más paja de donde cortar, Facebook sigue “excusándose” ridículamente ante los medios, diciendo que la patente solicitada jamás fue utilizada en esa área y que no se utilizó en ningún producto de su red social, y mucho menos se le dio un desarrollo o seguimiento.

Hay algunas personas desde la “fiebre de Facebook” que jamás han abierto una cuenta, en ninguna red social, a muchos se les tacho de poco inclusionistas en los medios, o de no sumarse a la era tecnológica.

La reflexión de estas personas, al detenerse y no incorporarse a la virtualidad de compartir, quizá ha sido lo más sabio que han hecho. La carga de información puede desencadenar políticamente una respuesta inconsistente y poco declaratoria. La forma en que nos comunicamos y derrochamos información, sin tener en cuenta a donde va toda ella, es porque se ha utilizado la red social irresponsablemente por parte de nosotros mismos.