Aunque nuestras casas estén bien construidas, hay factores que con el tiempo pueden deteriorarlas hasta el punto de ocasionarles daños irreparables. Las fallas estructurales, filtraciones y hasta la caída de un árbol pueden traer consecuencias desastrosas para las viviendas.

La humedad puede destruir una vivienda

El agua de la lluvia o la que proviene del riego de plantas puede dañar seriamente la estructura en los cimientos. Las áreas verdes y las jardineras que están muy cerca de las casas absorben una gran cantidad de agua. Si la casa está sobre un terreno inclinado o cerca de este, la casa pudiera presentar movimientos en la platea o losa de fundación o cimiento.

Las paredes de la vivienda pueden presentar grietas. Dependiendo de la magnitud del asentamiento las autoridades pueden ordenar desocupar la vivienda.

Las filtraciones en el techo debilitan el acabado de las paredes y la humedad destruye el revestimiento de los pisos, incluso puede hasta levantar las cerámicas o hacer que exploten. En algunos países antes de construir una casa, los ingenieros arropan el terreno con una tela que sirve como un manto impermeable. Este manto impide que suba la humedad a la losa de fundación. En otras construcciones antes de colocar la cerámica del piso, lo recubren con un líquido asfáltico. Este también actúa como una barrera contra la humedad.

En los países donde las lluvias son muy intensas, hay que revisar cada cierto tiempo las condiciones estructurales de las casas.

Cualquier lugar que esté expuesto al agua es vulnerable y la vivienda puede sufrir daños. Hay que revisar los techos y paredes. También hay que golpear las cerámicas de los pisos para verificar si hay presencia de aire. Si el área del jardín es muy grande y la vivienda está absorbiendo agua por debajo, será mejor construir un piso sobre el jardín.

Con un buen acabado se verá bien y podrás darle otros usos a esa área además de que estarás protegiendo tu vivienda de la humedad.

El peligro de tener árboles muy altos cerca del hogar

Los árboles altos y gruesos que están muy cerca de la vivienda son un peligro con el pasar de los años ya que pueden caer sobre la casa. Si en ese lugar no tienes autorización para talar, es probable que sí puedas obtener un permiso para podarlo o quitar unas cuantas ramas cada cierto tiempo, así el árbol se mantendrá con poco peso y no presentará peligro.

Otro problema con los árboles cercanos son las raíces. Estas pudieran estar tan profundas que lleguen a la losa de fundación. Dependiendo de la magnitud del árbol y de la cantidad de años que posiblemente tenga, las raíces del árbol pudieran tener la fuerza suficiente para levantar una parte del piso y destruir o hasta mover parte de un muro o una área para caminar.