Este año habrá mucha innovación en el terreno de la tecnología. Las redes 5G han lanzado una iniciativa que será la cuarta revolución industrial, y los móviles pretenden fusionarse con las tablets en un modelo original que Samsung pretende lanzar en fechas aún desconocidas.

Con el descubrimiento de los paneles OLED plegables, se quiere activar la necesidad del espacio que los últimos modelos han ido olvidando. Esta idea parece adaptarse bien a pantallas de televisión y ordenadores, pero no resulta demasiado útil o cómodo en un teléfono. Aún así no sabemos cuál será la propuesta de la compañía, que lleva años intentando encontrar una ruta por la que explorar pantallas que puedan doblarse.

Galaxy Note y otros intentos por acercarse al smartphone plegable

  • Galaxy Note: Aunque su diseño no convenció a muchos, y fue de los más criticados por los analistas, causó una revolución. Fue el primer pistoletazo de salida para las pantallas grandes. No es un ordenador, ni es una tablet, es algo que se lleva siempre encima, pero “aún así, cabe en tu mano”. Es lo que muchos usuarios defienden, por lo que tener una pantalla más grande es siempre una gran ventaja. Samsung encontró un amplio terreno que explorar.
  • LG G Flex: el móvil curvo. Lo irónico es que su batería era muy duradera, pese al aspecto cansado del móvil. Lo exclusivo de este diseño no fue la curva, que más bien parece algo pretencioso y poco práctico, sino su panel de pantalla POLED (de 6 pulgadas). Si bien la curvatura, aunque rara, no llega a ser molesta, hace más resistente al aparato en sí. No llega a ser una pantalla que pueda plegarse, pero la flexibilidad es un factor imprescindible en el que alguien tenía que aventurarse.
  • Galaxy Note Edge: el móvil con bordillo. Algo tosco y a la vez estético. Esta opción era la más obsoleta nada más salir. Pantalla Super AMOLED, que es una revolución que no llega a fascinar del todo. Esa especie de cascada que tiene el móvil en un lateral proporciona una inestabilidad extraña que no aporta nada. Teniendo en cuenta que por detrás es completamente recto, la experiencia del “bordillo” en la mano es inexistente. Aún así, la solapación de funciones y accesos directos es algo útil que se tenía que recuperar.
  • Galaxy S8: el móvil infinito. Aunque quedan por sacar el S9 y el S9+ (que tendrán doble cámara e identificador de huellas trasero, y una mejora del reconocimiento facial para el desbloqueo de la pantalla), este parece el fin del sinsentido por actualizar e innovar dentro de la misma tendencia del móvil grande. Su pantalla sin bordes y su nitidez alcanzan una perfección que solo es más práctica si se reduce el espacio que ocupa. Muchos lo calificaron como el móvil del año.
  • ZTE axon M: el móvil doble. Literalmente, es un móvil plegable. A nivel práctico, son dos pantallas unidas por bisagras, algo tramposo. La gran ventaja es que el tamaño vuelve a ser el óptimo de un smartphone convencional. Pero también, al proponer varias maneras de colocar el móvil, se crea un invento atractivo entre el smartphone y la tableta. Podríamos considerar que crea una nueva categoría que realmente se ajusta más que el resto a la de móvil plegable.