Elon Musk es un defensor de hacer todo lo posible para luchar contra un cambio climático que Donald Trump niega, de hecho Musk tras la compra de la empresa de paneles solares SolarCity, está a favor de crear un impuesto que grave las emisiones de CO2. Cuando todos los demás miembros de las industrias de Sillicon Valley se han ido posicionando contra la decisión de Trump de establecer un veto migratorio a los pobladores de 7 países de origen islámico y abandonado el consejo, Musk, de origen surafricano, se fue haciendo el remolón.
Finalmente sus empresas también se adhirieron al manifiesto que firmaron un total de 127 industrias tecnológicas, pero Musk mantiene su decisión de permanecer en el consejo asesor diciendo que es la única manera de conseguir que se discutan ciertos temas de interés general y de aportar otra visión, que ha de haber representantes de todo tipo de ideas dentro de un consejo que tiene como cometido informar al presidente de los EE.UU.
En realidad Musk y Trump tienen elementos de unión, Peter Thiel es una amigo en común que trabajó con Musk en la creación de Paypal, las empresas de Musk están todas prácticamente instaladas en suelo estadounidense y cuentan con una plantilla de 25.000 trabajadores. Además, si quiere triunfar en su conquista del espacio, es evidente que Musk necesita mantenerse cerca de la administración estadounidense, independientemente de su color.