La historia de Noa, como lo han bautizado, habría sido muy diferente de no ser por dos camioneros que sospecharon que algo raro pasaba al encontrarse con su madre. La Guardia Civil, gracias a las indicaciones e insistencia de estos ángeles de la guarda, pudo dar con el paradero de un recién nacido al que su madre acababa de abandonar, conservando aún el cordón umbilical. El bebé se encuentra en la UCI pediátrica, y su madre en prisión provisional por abandono.

Dos camioneros se encuentran con una indigente que les hace sospechar

José Enrique y Luis María son los nombres de estos dos héroes sin capa que se dieron cuenta el pasado sábado de que una mujer podía haber abandonado a un bebé recién nacido en Alicante.

Todo ocurrió cuando uno de los camioneros vio a una mujer con la parte de abajo del cuerpo manchada de sangre: se trataba de una indigente suiza de 39 años, y parecía que había sufrido un sangrado vaginal.

Luis María, preocupado por la mujer, alertó a su compañero que también estaba a punto de pasar por la misma zona. Cuando José Enrique se cruzó con la mujer, se detuvo y le preguntó si se encontraba bien. La indigente se tapaba la barriga con unas mantas y el camionero pensó que le dolía el vientre. El hombre preocupado le ofreció cinco euros y la comida que traía preparada de casa, pero justo antes de marcharse vio salir de entre las mantas un piececito rosa que parecía de un bebé o de un muñeco.

Los camioneros ante las dudas llaman a emergencias

Después de darse cuenta que la mujer posiblemente llevaba consigo un bebé al que posiblemente acababa de tener, llamaron rápidamente a Emergencias y la Guardia Civil se personó en el lugar. Los agentes se encontraron con la indigente pero esta vez no llevaba ropa ensangrentada ni parecía llevar ningún bebé, por lo que volvieron a llamar a los camioneros que confirmaron que se trataba de la misma mujer.

Los agentes de la Guardia Civil, tras unas pesquisas por donde dieron con la mujer, encontraron ropa llena de sangre entre las pertenencias que tenía guardadas en una vivienda antigua, y entre unos bidones tapado con mantas totalmente y a plena luz del sol, vieron al bebé con claros síntomas de deshidratación. Un hallazgo que emocionó tanto a los agentes como a los camioneros al ver que habían salvado una vida.

A la mujer de Luis María le encantaría adoptar al bebé rescatado

Tras el hallazgo del bebé, fue trasladado al Hospital Vega Baja donde aún permanece en la UCI pediátrica y donde los enfermos lo han bautizado como Noa. La madre fue detenida y niega que el niño sea su hijo pese a que en las pruebas médicas conste que ha dado a luz recientemente y casualmente el bebé se tratara de un recién nacido que aún conservaba el cordón umbilical, por lo que se encuentra en prisión provisional acusada de abandono.

Los camioneros, orgullosos de su hazaña, han confesado que a una de sus mujeres le encantaría adoptar al bebé, y que la del otro y el otro compañero fueran los padrinos; pero desgraciadamente una adopción no es algo fácil y primero la justicia debe confirmar que el ADN coincida con la mujer de 39 años, después hay que buscar si entre sus familiares alguien quiere hacerse cargo del menor y en caso de que no pudiera ser adoptado por una familia de acogida tras hacer el procedimiento correspondiente o también acabar en un centro de menores.

Falta esperar para ver qué ocurrirá con el pequeño Noa, por su parte José Enrique y Luis María han declarado que una vez estuvieron a punto de ganar la lotería por un número, pero que el haber podido salvar a un recién nacido es mucho mejor que cualquier premio que les hubiera podido tocar. Lo que no saben es que el verdadero afortunado en esta historia es el bebé, al haber sido salvado por estos dos compañeros.