El asesino confeso de Rocío Caíz, según la Guardia Civil, siempre fue uno de los principales sospechosos. El motivo se debe a la compra que realizó de una motosierra, por lo que desde un principio se barajó la idea de que existiera premeditación en la desaparición de la menor de 17 años natural de Martín de la Jara (Sevilla).

La compra de una motosierra hizo que se comenzara a sospechar de Adrián

La Guardia Civil sospechó desde un primer momento de Adrián, el exnovio y asesino confeso de Rocío Caíz. Así lo han confirmado desde que corroboraron la compra por su parte de una motosierra, que puso sobre la pista a los investigadores.

Por tanto, siempre se trabajó con la idea de que hubo una premeditación a la hora de llevar a cabo el crimen contra la joven de 17 años de Martín de la Jara. Algo que encaja con los detalles que dio el asesino una vez en comisaría.

Adrián asesinó a Rocío Caíz y después descuartizó los restos de la joven

En un primer momento, Adrián fue llamado a declarar como testigo al cuartel de Estepa. Sin embargo, al día siguiente se personó de nuevo en la comisaría acompañado de un abogado para confesar que había sido él quien habría acabado con la vida de Rocío Caíz el mismo día en que se perdió su rastro. Aseguró que asesinó a la menor la misma noche que ella había dormido en su casa con un cuchillo del que luego se deshizo tirando a la basura para que no pudiera ser encontrado.

Tras el asesinato, relató que descuartizó el cuerpo y sus restos fueron esparcidos dentro de bolsas por diferentes lugares de Martín de la Jara para que no se encontraran sus restos. Una vez culminado su plan premeditado, Adrián habría vuelto a su domicilio para dormir.

La señal telefónica del móvil de Rocío Caíz también ha sido fundamental para incriminar a Adrián

Aparte de la compra de la motosierra, también ha sido fundamental el rastreo telefónico del móvil de Rocío Caíz. En primer lugar, se detectó que no había señales de que estuviera fuera de España. Después se confirmó que su señal telefónica se pierde el 3 de junio en el lugar donde se reúne con su ex novio, por lo que se barajó la hipótesis de que incluso la menor nunca llegó a abandonar la localidad sevillana de Martín de la Jara.

Algo que no encaja con lo que se comentó en un primer momento, donde se informó que la madrugada siguiente habría viajado a la ciudad de Badajoz con 300 euros robados a su ex. De hecho, se llegó a decir que esto se lo mandó por mensajes instantáneos a su familia. Algo que pudo haber realizado Adrián, también de forma premeditada, para ir dejando pruebas falsas que no le relacionaran con el asesinato. Pero finalmente ha acabado confesando la autoría del asesinato de la joven de 17 años.