Ayer se produjo la noticia que nadie hubiese querido dar y que ha teñido de luto tanto a Canarias como a toda España, al extraerse del mar los restos de la pequeña Olivia de 6 años, que estaban dentro de una bolsa y habían sido lastrados con el ancla de la embarcación de Tomás Gimeno, tal y como los investigadores hace tiempo sospechaban. Al parecer también el cuerpo de la pequeña Anna habría sido depositado en otra bolsa igualmente atada al ancla.
Confirmada la hipótesis más dolorosa
Han sido muchos los días de búsqueda incansable en el fondo marino dentro del área donde se perdió la señal del teléfono móvil de Tomás Gimeno.
Un fondo muy escarpado lleno de formaciones rocosas que han dificultado enormemente la tarea del robot submarino, tripulado desde el buque oceanográfico Ángeles Alvariño.
La hipótesis del asesinato y posterior suicidio de Tomás Gimeno queda clara tras hallar el cuerpo de la pequeña Olivia a 1.000 metros de profundidad, confirmado por el juzgado de Güímar y puesto rápidamente en conocimiento tanto de la madre de la pequeña Beatriz Zimmerman como del resto de la familia.
Los restos mortales de Olivia han sido hallados dentro de una bolsa atada al ancla, junto a ella había una mochila abierta, lo que hace suponer que en su interior habría estado el cuerpo de la pequeña Anna de tan solo un año de edad.
Una patrullera del Instituto Armado llevó el cuerpo a tierra y allí se pudo comprobar que por desgracia era el de Olivia.
Canarias y toda España se han teñido de dolor ante el espantoso final de lo que en principio se creyó podía ser un secuestro parental, aunque las palabras de Tomás Gimeno a su exmujer horas antes de desaparecer: ‘no las vas a volver a ver’, siempre hicieron creer lo peor a los encargados de la investigación y las buenas intenciones de familia y allegados en su empeño de creer que el padre nunca haría daño a sus hijas, no los desviaron de su camino, aunque dejaron abiertas todas las hipótesis e incluso lanzaron una alerta internacional para intentar localizar a las pequeñas con vida en cualquier otro país.
Como pasó Tomás Gimeno sus últimas horas
A las 21:30 de ese fatídico 27 de abril, se le vio cargando dos maletas y varias bolsas desde su coche a la lancha. A continuación, llamó a la madre de las niñas para decirle que no las volvería a ver, antes de hacerse a la mar, lo que hizo que Beatriz le llamase insistentemente, sin que él descolgase el móvil que luego quedó sin batería.
Regresó a puerto a las 23:30, siendo interceptado por una patrullera por haberse saltado el toque de queda, pero al no haber denuncia todavía, no se registró la lancha. Gimeno volvió a puerto, compró un cargador para el móvil y le pidió a un vigilante permiso para cargarlo.
En ese momento volvió a llamar a su exmujer, para decirle que acostaba a las niñas y que se las llevaría a la mañana siguiente, lo que hizo que Beatriz retrasase la petición de ayuda a la Guardia Civil. Tomás Gimeno volvió a salir al mar perdiéndose definitivamente su pista.
Horas después se localizó la lancha a la deriva sin el ancla y también una sillita de una de las niñas. Gracias a hacer un duplicado de la tarjeta del móvil, se pudo saber dónde se perdió la señal y como consecuencia se han podido hacer los rastreos en una zona a una milla de la costa, donde ahora por desgracia ya se ha localizado el cuerpo de la pequeña Olivia y donde sin duda en las próximas horas se confirmará el hallazgo de los cuerpos de su hermana y de su padre en el mismo lecho marino a 1.000 metros de profundidad.