Más de 600 inmigrantes arribaron el Puerto de Valencia en España, luego de una negativa por parte de Malta e Italia para desembarcar en algunos de sus puertos. Según el nuevo ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, todo este proceso relacionado a la embarcación de la ONG, Aquarius, no es de su competencia por haber sido un rescate coordinado por Roma, y además “Italia comienza a decir 'no' al tráfico de seres humanos".
Ayuda con un fin político
Sin embargo, el 11 de junio el presidente del ejecutivo español, Pedro Sánchez, según información del ministro de Exteriores, Josep Borrell, decidió de manera unilateral ofrecerle al Aquarius y sus 629 tripulantes un puerto seguro para su desembarco, siendo este el puerto de Valencia.
Algunos piensan que todo esto tiene un fin más político que humanitario, ya Sánchez ha utilizado la llegada de la embarcación para empezar a proponer un cambio de las estrategias migratorias aplicadas por la Unión Europea, de tal manera que pueda así darle un buen impulso a su proyecto político.
La labor ha sido aplaudida y seguida por otros países; tal es el caso de Francia que gracias al ejecutivo del presidente Emmanuel Macron se confirmó que se ofrecerá la acogida y resguardo a todos los náufragos del Aquarius que quieran trasladarse a suelo francés, ofrecimiento que se da luego de las negociaciones abiertas entre la vicepresidenta del Gobierno español y el embajador francés en Madrid.
Detalles del desembarco
La embarcación de la ONG Aquarius está tripulada por 629 inmigrantes, que vienen de 31 países distintos y en su mayoría africanos, como Sudán y Argelia, de los cuales 99 son menores de edad y solo 10 viajan acompañados por sus representantes. Aunque de igual manera todos los menores estarán bajo la tutela del estado español o francés.
En los alrededores del puerto se encuentran puntos de registro y verificación a cargo de la policía española y de la Interpol, logrando la extracción de información de cada tripulante. Además, hay personal médico y voluntarios que se encargan de dar la bienvenida y dirigir a cada persona hacia los diferentes procesos que deben realizar para la permanencia en España.
Todas las personas que estuvieron durante el desembarco recibieron con un aplauso a los tripulantes, y estos han bajado tan emocionados y en shock que de cierto modo dificultaron todo el proceso de valoración médica e identificación. El resultado final es el siguiente: 355 inmigrantes se quedarán en España bajo protección del país y 274 han manifestado que desean dirigirse hasta Francia.