Una mujer que lleva por nombre: Crenshanda Williams de 44 años de edad, fue detenida y privada de libertad por no cumplir con las funciones de su puesto de trabajo. Es que Williams se dedicaba a ser operadora de la línea de emergencia en los Estados Unidos, 911 y cada vez que recibía una llamada, no prestaba la ayuda y colgaba sin permitir, tan siquiera, que se explicara el motivo del llamado.

La línea de emergencia 911, fue creada en el año 1963, es un número de teléfono de emergencia y de marcado rápido, que permite a un ciudadano poder solicitar la ayuda pertinente de las autoridades y es número utilizado en varios países como Paraguay, Perú, Puerto rico, Argentina, Canadá, Venezuela, Los Estados Unidos, entre otros.

Su uso está limitado para casos de verdadera emergencia y es por ello que cualquier tipo de engaño es considerado un delito, así como la mala praxis de los encargados de recibir las llamadas.

De la negligencia al delito

Es debido a la seriedad que posee este servicio telefónico que esta trabajadora de Houston, Texas fue detenida por el departamento de policía, ya que se había registrado que en varias ocasiones al recibir las llamadas de auxilio, Williams no las recibía y decidía cortarlas de una vez. Alegó en el juicio que le fue realizado en el condado de Harris, que no atendía porque “no tenía ganas de hablar con nadie” y esta falta de empatía no solo le costó el trabajo, sino también la libertad.

Crenshanda trabajó dentro de sistema por tan solo 18 meses, pero ella comentó que había momentos donde se sentía demasiado sobrecargada para escuchar otros problemas. Lo que no contaba ella era que en algún momento su apatía laboral le traería grandes consecuencias.

La investigación y condena de la trabajadora

Dentro de la fiscalía del condado existe un sistema de grabación que lleva un seguimiento de todas las llamadas que realizan los operadores, permitiendo poder evaluar el desempeño de estos y así detectar las faltas y las fallas.

Fue por medio de esto que notó que el servicio de Williams estaba siendo deficiente y fueron muchos los llamados que no llegaban ni a 25 segundos donde se cortaba la conexión.

Las investigaciones arrojaron que dentro de las llamadas más importantes se registraban reportes de robos, vehículos sobrepasando los límites de velocidad e incluso hasta asesinatos.

Es por ello que con todas las pruebas en contra, la ex operadora del 911, fue sentenciada a 10 días de prisión y 18 meses de libertad condicional, según el juez, su comportamiento se considera una obstrucción del servicio de llamadas de emergencias.