Tensión se respiró hasta cerca de las 22 horas de este martes en los alrededores de la Sagrada Familia, en Barcelona. Ello debido a que, desde este mediodía, los Mossos d’Esquadra desplegaron un dispositivo de seguridad, que mantuvo acordonadas las calles aledañas al templo ante una posible amenaza terrorista. “La visualización de una furgoneta sospechosa con dos ocupantes a inmediaciones de la Sagrada Familia ha provocado el desalojo de la zona”, informó la policía autonómica.

No obstante, los Mossos informaron hace pocas horas que se trataba de una falsa alarma.

Sin embargo, mientras se realizaba el operativo antiterrorista —que significó la movilización del servicio Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX)— se mantuvo cortado el tráfico en las calles Provença, Rosselló y Sardenya. Por la tarde, a su vez, se desalojaron comercios cercanos y turistas que visitaban la Sagrada Familia. A ello se sumó la paralización del funcionamiento de las Líneas 2 y 5 del Metro.

Mossos d’Esquadra también realizó por la tarde controles en las autopistas C-33 (Parets-La Llagosta), ocasionando atascos de más de tres horas, en la AP-7 (en Martorell y Roca del Vallès), y en la C-16 (en Sant Cugat), de acuerdo al Servei Catala de Trànsit.

Las medidas de seguridad se intensificaron, además, en el aeropuerto El Prat, en la estación de Sants y en el Camp Nou.

Este último, como refuerzo al encuentro entre Barca y la Juventus, en el marco de la Champions League.

Temores fundados

Hace casi un mes, Las Ramblas —corazón turístico de Barcelona— se convirtió en escenario de un atentado yihadista, que dejó a 13 personas fallecidas y al menos 100 heridos, tras ser arrolladas por una furgoneta.

Esa noche, además, cinco terroristas cometieron otro ataque en Cambrils (Tarragona), donde murió una mujer de Zaragoza.

Estos hechos se sumaron a una explosión en una casa de Alcanar (Tarragona), que había sido ocupada por una célula yihadista y donde se encontraron 120 bombonas de butano. En los días siguientes, los Mossos confirmaron que el buscado imán de Ripoll Abdelaki es Satty se encontraba en dicho chalet al momento de la explosión y que correspondería a uno de los cuerpos hallados en el siniestro.

España mantiene en nivel 4 la alerta antiterrorista desde junio de 2015, decisión que adoptó después de los atentados en Francia, Túnez, Somalia y Kuwait. Sin embargo, desde el Atentado en Barcelona se reactivó la discusión acerca de aumentar la alerta a nivel 5 —que supone intervención del Ejército— aunque las autoridades gubernamentales no se mostraron partidarias.