Anna y Olivia ya tienen un lugar definitivo en la memoria de la sociedad y ahora tienen un monumento que se ha descubierto en un breve y muy emotivo acto en el parque infantil de La Gesta, Santa Cruz de Tenerife.

Beatriz Zimmermann aparece públicamente por primera vez

Beatriz Zimmermann, la madre de las niñas, rota de dolor, concurrió al primer acto público desde la desaparición de las niñas, ya que siempre se mantuvo al margen y se expresó a través de terceros. Concurrió vestida de blanco y con Elsa, su pequeña hija que nació justo un año después de la trágica muerte de Anna y Olivia.

“Gracias Lucas, Julio; a todos. Encontrar a Olivia fue un milagro. Agradezco toda la cooperación que hubo, porque solo puedo darle las gracias a todos”, dijo Beatriz en reconocimiento a la iniciativa de Diario de Avisos, quien encargó la escultura al artista plástico Julio Nieto. Lucas Fernándes, presidente de la fundación, explicó que este se trató el proyecto más “triste y doloroso” que han debido afrontar, pero que es una contundente respuesta a la violencia vicaria y agradeció al escultor la “delicadeza” con que trabajó.

La madre de Anna y Olivia no puede evitar las lágrimas

Julio Nieto explicó que quería dar a la representación de las niñas Anna y Olivia una "mirada alegre". Las niñas lucen despreocupadas, en una suerte de danza, infantil e inocente, y tocándose la punta de los dedos con gesto de complicidad. Beatriz Zimmermann, quien se presentó al acto con gran entereza y una sonrisa, no pudo evitar las lágrimas cuando la escultura fue descubierta.

Anna y Olivia fueron las víctimas del más atroz crimen que conmovió a la sociedad y puso sobre el tapete el significado de la ‘violencia vicaria’. Las niñas, supuestamente secuestradas por su padre Tomás Gimeno, fueron buscadas durante un mes y medio y un horrible hallazgo fue el que le puso definitivamente el cierre, aunque quedaron cientos de interrogantes, tanto para la Justicia como para la madre y toda España.

El buque ‘Ángeles Albariños’ encontró en el fondo del mar dos bolsas y en una, los restos de Olivia, de seis años. No se pudo comprobar si en la otra se encontraba Anna y de Tomás Gimeno no hubo rastros. Del hombre no se sabe si murió, cómo o si consiguió escapar y se encuentra en algún lugar del mundo.

Un caso símbolo de ‘violencia vicaria’ para causar ‘el mayor dolor’

La violencia vicaria es un neologismo relacionado con la violencia de género: cuando un progenitor hace daño a los hijos de una mujer para hacerle un daño directo a ella.

La desaparición de Gimeno, para la jueza del caso confirma su teoría de que el hombre actuó para dañar a Beatriz Zimmermann, dejándole la duda de por vida sobre la vida o la muerte de las niñas, causándole así el “mayor dolor”.

El emotivo acto contó también con la participación de un coro de voces blancas que cantaron, de Pedro Guerra, ‘Cuídame’ y, de Leonard Cohen, ‘Aleluyah’.