En 2014 el sacrificio de Excalibur conmocionó a la población española. Su dueña, Teresa Romero, fue diagnosticada el 6 de octubre de ébola, el primer caso en España. Dos días después entraban a su casa para sacrificar a su mascota, pese a las peticiones de que no se hiciera y el vídeo desesperado de sus dueños en Youtube, y sin hacerle ninguna prueba que confirmara que también tenía la enfermedad. Una muerte por la que hubo mucha polémica y que mantuvo en vilo a la sociedad.
En noviembre de ese mismo año Teresa y su marido Javier Limón interpusieron un recurso al respecto, una demanda que han perdido y por la que además van a tener que pagar 2.100 euros por las costas.
Teresa Romero se contagió de ébola en su trabajo como sanitaria
Si hubo un caso que quedó marcado en la sociedad es el del sacrificio del perro Excalibur. La dueña, Teresa Romero, se contagió de ébola al atender a un religioso que se había estado en África. Dos días después de su diagnóstico, Sanidad emitió una orden para entrar en su domicilio y sacrificar a su mascota, pese a la negativa de su marido y de parte de la sociedad y sin hacerle ninguna prueba primero para confirmar si el animal también estaba contagiado o no.
Tras un mes ingresada, Teresa y su marido Javier Limón demandaron el sacrificio de su perro
Teresa Romero se pasó un mes ingresada en el Hospital Carlos III de Madrid, a su salida ella, junto su marido, Javier Limón interpusieron un recurso y pidieron una indemnización de 150.000 euros por los daños morales que les causó el sacrificio de su perro Excalibur.
Una demanda que fue desestimada y que además condenaron a la pareja a pagar las costas del proceso, un total de 2.100 euros.
Según el Tribunal Superior de Justicia considera que ha habido mala fe o temeridad en la actuación de Teresa Romero y Javier Limón y por ello les ha condenado a pagar las costas.
Los magistrados exponen que era inevitable tener que sacrificar al perro
Los magistrados además defienden su postura exponiendo que dado el desconocimiento que hay sobre cómo prevenir y tratar el ébola, y sobre el riesgo de transmisión que pueden tener los Animales, fue inevitable tener que sacrificar a Excalibur.
Además, justifican la decisión de haber sacrificado al perro de Teresa y Javier dada la imposibilidad y la falta de medios para trasladarlo vivo a un lugar con condiciones de bioseguridad para impedir que nadie que tuviera contacto con el animal se infectara, por ello tuvieron que recurrir a su sacrificio.
Un caso muy polémico por haber sacrificado al perro sin hacerle ninguna prueba para confirmar si también tenía ébola como su dueña, y que ahora que ha trascendido que además los afectados de la muerte de su mascota tendrán que pagar las costas por haber interpuesto un recurso para quejarse, vuelve a suscitar críticas. PACMA ya ha tachado de vergonzosa la sentencia.