Saturnino de la Fuente García, considerado el hombre más mayor de todo el planeta, ha perdido la vida a los 112 años de edad. El longevo anciano estaba a punto de cumplir los 113 el próximo 12 de febrero. El pasado mes de septiembre recibió un título por parte de Guinness World Records que certificaba que era el varón más mayor del mundo. Con él se marchan muchos recuerdos y vivencias históricas que datan de más de un siglo, aunque su legado será recordado por sus descendientes.

El hombre más mayor del mundo ha fallecido en su domicilio de León a punto de cumplir 113 años

Según ha informado su propio yerno, Saturnino de la Fuente ha fallecido el pasado martes en torno a las once de la mañana. Después de desayunar, en palabras de su familiar, el anciano "empezó a respirar fuerte" y al poco tiempo "se apagó como una vela". Ocurría en su domicilio de León, en el mismo lugar donde recibió en septiembre el reconocimiento del Guinness World Records el certificado que lo acreditaba como en el hombre más longevo del mundo cuando contaba con 112 años y 211 días.

Saturnino recibió el título del Guinness World Records como el hombre más longevo del mundo

Conseguía el título tras el fallecimiento de Emilio Fuentes, un hombre de Puerto Rico que murió días antes cuando ambos tenían la misma edad.

Los dos ancianos se disputaron el reconocimiento durante un tiempo. Si bien el puertorriqueño afirmaba haber nacido unos meses antes, no tenía en su poder ningún documento oficial que lo avalara. Hay que tener en cuenta que cuando los dos nacieron existían fallos respecto a la certificación de nacimientos (el propio Saturnino de la Fuente nació el 8 de febrero de 1909, a pesar de que su DNI recoja que lo hizo el día 12).

De esta forma, el leonés se alzaba con el reconocimiento del Guinness World Records.

El leonés vivió grandes acontecimientos históricos y deja un legado de 14 nietos y 22 biznietos

Saturnino nació durante el reinado de Alfonso XIII y vivió acontecimientos tan relevantes en la Historia de España como la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y la Guerra Civil, en la que no combatió pero sí fabricó botas para los militares.

El anciano de 112 años trabajó de zapatero desde que era un adolescente y recuerda cómo salvó la vida de un bombardeo de la aviación nazi en León y los estragos que causó la gripe española en 1918. Aficionado al fútbol, incluso fundó un equipo en su barrio que actualmente sigue existiendo y del que era socio de honor. Con el fallecimiento del leonés queda un legado de 14 nietos y 22 biznietos (tuvo ocho hijos de los cuales tres ya no están), así como los recuerdos de más de un siglo que perduran en ellos.