Jaime Ostos ha fallecido a los 90 años de edad durante su estancia en Colombia. El torero andaluz se encontraba en Bogotá después de haber pasado las fiestas navideñas en el país latinoamericano. Con su fallecimiento, se va uno de los diestros más aclamados del siglo pasado con una larga trayectoria a sus espaldas, marcada por la valentía y el arrojo que mostraba en las plazas de toros.

El torero ecijano ha fallecido mientras dormía cuando se encontraba en la capital de Colombia

Las causas de su fallecimiento se deben a un infarto que ha sufrido mientras dormía en la capital de Colombia.

Jaime Ostos se encontraba en Bogotá después de haber pasado las vacaciones de Navidad junto a su mujer, la doctora María Ángeles Grajal. Allí había viajado también para presenciar las corridas de toros de Cali y Manizal mientras pasaba las fiestas navideñas en territorio latinoamericano. Hay que recordar que hace dos años ya superó un delicado estado de salud a causa de un problema vertebral que había afectado a su movilidad. Aunado a ello tuvo que ser ingresado en la UCI del Hospital de La Zarzuela (Madrid) al contagiarse por coronavirus.

Ostos es recordado en el mundo taurino por su arrojo y valentía cuando toreaba

El torero nació en la localidad sevillana de Écija el 8 de abril de 1933. Desde muy pequeño sintió una vocación taurina, una afición que no fue del gusto de su familia.

Sin embargo, consiguió superar las adversidades y con tan solo 19 años debutaba en su ciudad natal. Dos años después se ganó al público de la Maestranza al cortar dos orejas. Así comenzaba una meteórica carrera en los ruedos de todo el país. Por otra parte se convirtió en un personaje público y notorio en sus apariciones en los medios, donde no se callaba nada.

También la prensa rosa y la crónica social se hicieron eco de las controversias y tensiones familiares que vivió con su exmujer, Consuelo Alcalá, y sus hijos.

En el recuerdo queda la grave cogida que sufrió en Tarazona, cuando casi pierde la vida

Por otro lado, Jaime Ostos siempre será recordado por su arrojo y valentía en las plazas de toros.

Entre los aficionados taurinos se rememora la faena de 1963, cuando una grave cogida de un toro en Tarazona provocó que estuviera "tres días virtualmente muerto". Tanto es así que en su momento reconoció que llegó a recibir la extremaunción, pero finalmente pudo salvar la vida. El propio diestro desveló que debido a su osadía en los ruedos tuvo 25 cornadas durante su carrera. Es así que recibió el sobrenombre de "Jaime Corazón de León", ya que siempre volvía al circuito. Su mayor logro fue cuando salió a hombros por la puerta grande durante la madrileña Feria de San Isidro de 1962.