La Real Academia Española (RAE) define al término “chacha” en su primera acepción como “coloquial de muchacho/cha”. La tercera y cuarta acepción definen como “sirvienta” y “niñera” respectivamente. Con este último término, “chacha”, era con el que se dirigía el rey Juan Carlos I, en privado, a su nuera. Y sin duda, no era del gusto de la novia que devino en esposa de Felipe VI y reina consorte de España.

También Juan Carlos se refería a Letizia como “plebeya”, y la razón lo asiste; ya que Letizia lo era cuando entró en la familia Borbón del brazo del príncipe Felipe.

Y hoy Letizia continúa siendo la única miembro de la familia real que, aún sin sangre azul, está criando a la próxima reina de España.

La prensa internacional analiza los gestos de Letizia

Para una revista alemana, Letizia se estaría hoy vengando y haciendo pagar al veterano monarca sus desplantes y desprecios, entre los que se encuentran esos desgraciados términos de “chacha” y “plebeya”. Quien fuera el célebre salvador de la democracia en España y hoy devenido en persona internacionalmente “non grata”, es el centro de la “venganza” de la hoy reina consorte, quien quiere lejos al rey emérito y debió irse en agosto pasado a un exilio en Abu Dabi.

Y los exilios se viven en soledad: muy fuerte ha resultado la imagen del anciano rey de 83 años caminando por un muelle sostenido por dos guardaespaldas.

Tras los rumores e intentos de hacerlo regresar a España para las fiestas que quedaron en la nada, para los informes de prensa, la mano de la reina Letizia está en la partida y en el aislamiento del emérito, la manera de salvaguardar a su marido, el rey Felipe VI, de los escándalos laberínticos financieros del emérito.

La soledad del rey emérito

Para la revista alemana, no cabe ninguna duda que la reina, humillada durante años de puertas adentro por el rey Juan Carlos, tras el cambio de la estructura de poder en la Casa Real y la Zarzuela, es ahora Letizia quien devuelve las amarguras soportadas durante años con soledad y aislamiento para el emérito, que se agiganta en la distancia y en la ausencia de su familia.

Sólo la infanta Cristina visita al monarca en el “destierro”.

Así que, casi diecisiete años después de su matrimonio, la prensa ve que este es el momento elegido por Letizia para vengarse privando al abuelo de sus nietas. El corte de los lazos afectivos es total y la princesa y heredera Leonor y la infanta Sofía no han visitado al emérito desde su precipitada partida en agosto pasado, ni han viajado ni siquiera el 5 de enero, día del 83 cumpleaños del rey.

El padre de Felipe VI y el mal trago de la ex periodista

La prensa internacional se ceba con la figura del rey emérito y la mala relación con Letizia: cuentan que Juan Carlos estaba convencido que la recién llegada Letizia rompería protocolos y orden establecido y la hizo cargo con un brindis en 2003 donde dijo que “vamos a beber por la Corona porque nadie sabe cuánto va a durar”. Un mal trago que Letizia tiene hace muchos años atragantado. Tanto como “chacha” y “plebeya”.