Los repartidores del 'telecoca' desarticulado en Madrid que se encargaban de repartir droga a domicilio tenían unas condiciones laborales que sorprenden: 6000 euros al mes y unas vacaciones totalmente remuneradas. Eso sí, los trabajadores tenían un horario de trabajo bastante extenso: de lunes a viernes, de once de la mañana a doce de la noche. Los fines de semana, el horario se alargaba hasta la una de la madrugada. Una noticia que llega después de que la Policía Nacional desmantelara el martes pasado la mayor red de este tipo dedicada al reparto a domicilio en la capital.

Gran cartera de clientes: solo en la ciudad de Madrid: 25.000

Lo más llamativo de este grupo de repartidores, según ha explicado el portavoz de la Policía Nacional en televisión, es que estaba perfectamente organizado: contaba con dos 'call center' totalmente equipados, desde los que recibían los distintos pedidos de su servicio de 'droga a domicilio'. En total, 25 distribuidores por toda la ciudad y una cifra de clientes que ha sorprendido a propios y extraños: 25.000. En la operación policial han trabajado más de 250 agentes que han llevado a cabo un total de 28 detenciones en 21 registros a domicilios de manera simultánea.

La Policía Nacional ha explicado la manera de trabajar de la banda y han sorprendido las condiciones laborales

Estamos hablando de una de las mayores operaciones llevadas a cabo hasta estos momentos contra este tipo de delitos, que se habían incrementado de manera alarmante desde la entrada en vigor del estado de alarma. La agencia EFE y varios canales de televisión señalan que los distribuidores podían llegar a acumular unas ganancias que llegaban a los 6000 euros al mes por realizar el reparto a domicilio de esta clase de sustancias y tenían un horario de trabajo como si fuera una actividad legal: de lunes a viernes, su hora de entrada era a las 11 de la mañana y salían a las 24 horas.

El fin de semana se podía alargar hasta la una de la mañana. Igualmente, tenían derecho a dos jornadas libres a la semana y a disfrutar de unas vacaciones pagadas. Sin duda, una condiciones laborales mucho mejores que en la inmensa mayoría de empleos.

Según el portavoz de la Policía, las entregas acabaron produciéndose en varios supermercados

Pero la entrada en vigor del estado de alarma hizo que su trabajo fuera más difícil. Primero, se vieron obligados a quedar con los propios clientes en ciertos supermercados de la capital y después, se vestían con ropa muy deportiva para que nadie pudiera sospechar sobre su verdadera actividad laboral. Alguno llegó a decirle a un cliente que aprovechara el confinamiento para desintoxicarse.

Las sustancias estupefacientes eran distribuidas en moto (el vehículo era financiado por la propia organización), hasta el punto que se había acordado previamente con el cliente. Pero desde que se inició el estado de alarma, realizaban las entregas en las instalaciones de varios supermercados muy conocidos de la capital, muy cerca de los domicilios de las personas que estaban al frente de la distribución.

En la operación se han intervenido cuatro kilos de cocaína y una cifra superior a los 85.000 euros en efectivo.

Hay que recordar que, al principio del confinamiento, solo salían a la calle los repartidores de empresas como Amazon o Glovo. Tenían que jugarse la vida para que a los demás no les faltara de nada e, incluso, llegaron a tener lugar movilizaciones por las duras condiciones salariales que tenían que aguantar. Pero, sin duda, las personas que consumen cocaína podían estar tranquilas, ya que podían seguir con su adicción sin salir de casa gracias a este 'telecoca' que, como si fuera un producto más, se les llevaba a domicilio a gran velocidad. En varias tertulias de televisión se ha discutido sobre la falta de escrúpulos de los organizadores de la banda o la normalidad con que se ve hoy en día el consumo de drogas como la cocaína.