Una residencia de ancianos valenciana ha decidido dar una solución muy original, ante la pandemia por Coronavirus, que se vive a nivel mundial. Hay que recordar que las residencias para personas mayores fueron los lugares más damnificados durante la crisis por el COVID-19. Por esa razón, y ante el riesgo de contagio, han apostado por “los abrazos de plástico” para que los familiares y ancianos puedan mantener contacto, después de muchas semanas sin poder verse.

Sin duda, la nueva normalidad está dejando escenas que son inolvidables como esta: un grupo de ancianos dándose un abrazo con los familiares, que les han ido a visitar a la residencia, la primera vez que se ven en persona desde que comenzó el confinamiento por el coronavirus.

Los familiares pudieron visitar a sus mayores después de iniciarse la pandemia

La iniciativa ha surgido por parte de los trabajadores de la mencionada residencia en Valencia y ha provocado una serie de escenas muy emocionantes durante la mañana de este miércoles, el primer día que los familiares pudieron visitar a los usuarios de las instalaciones. Eso sí, las medidas de precaución fueron claras: usando en todo momento fundas de plástico y pantallas protectoras realizadas con el mismo material. De esta manera, algunos familiares han podido abrazar a sus mayores por primera vez tras un período de más de tres meses, tras el decreto del Estado de Alarma por la pandemia del coronavirus.

Las visitas se realizan con todas las medidas de precaución posibles para evitar contagios

Los trabajadores y usuarios de la residencia valenciana le han puesto el nombre de:“arco de los abrazos” a este nuevo sistema ideado con el claro objetivo de que los internos, después de todo lo que se ha vivido en las residencias por culpa del coronavirus, puedan dar un abrazo “de forma segura”, con todas las medidas posibles de prevención e higiene.

Esta iniciativa tan especial se ha puesto en marcha en la conocida residencia de mayores “Ballesol Valterna”: se basa en utilizar un panel realizado en plástico, que se debe higienizar en cada ocasión y donde se utiliza unas mangas que son de “usar y tirar” que permiten, tanto al comienzo como al final de la visita, que los mayores se puedan dar un abrazo con sus familiares; según ha explicado Jesús Alcázar, director del mencionado centro, a la agencia EFE.

Estas primeras visitas tras el confinamiento por el coronavirus se han organizado con una serie de medidas específicas

Alcázar asegura que se están viviendo momentos muy emotivos y preciosos, ya que es el primer reencuentro que tiene lugar de una manera tan próxima, desde que se inició la pandemia por el coronavirus. La visita dura media hora y se obliga a los familiares y a los usuarios a sentarse a una distancia mínima de dos metros, además de llevar mascarilla en todo momento, pero al menos se pueden dar un abrazo y también encontrarse tras unos momentos tan duros y llenos de dudas.

El director de esta residencia, en la que viven 150 personas, explica que siguen apostando por un método en el que se combinan las llamadas por videoconferencia con las visitas descritas anteriormente en el centro, que son siempre programadas, ya que consideran muy positivo el acercamiento a través del “arco de los abrazos”, además de que siempre valorarán la opinión de la psicóloga del centro sobre el estado de todos y cada uno de los residentes del centro.

Siempre que puedan utilizar la práctica, la creatividad y las medidas restrictivas tendrán lugar los encuentros entre los usuarios y sus familiares, que se han convertido en un hecho muy positivo y esperado a lo largo del día. Algo parecido ya se pudo ver durante la semifinal y la final de la última edición de “Supervivientes”: los concursantes debían cumplir a rajatabla la cuarentena tras llegar de Honduras.

En las galas, todos y cada uno de los finalistas pudo dar un abrazo a un familiar y gracias a una especie de mampara de plástico pudieron llevarlo a cabo delante de las cámaras. Una situación que provocó momentos hilarantes, al no saber como debían tener contacto físico con su familiar con tanto plástico.