El Coronavirus ha provocado que los suicidios en Japón hayan caído un 20%, la menor tasa en un período de cinco años al reducirse el estrés laboral gracias al confinamiento que está respetando la población para luchar contra el coronavirus. Algunos de los factores que habrían sido determinantes para esta buena noticia son: pasar más tiempo con los miembros de la familia, el retraso del comienzo del curso escolar y menor perdida de tiempo en desplazamientos, entre otras diferentes causas.
A pesar de los malos augurios, el coronavirus ha reducido el porcentaje de suicidios en Japón
La crisis provocada por el coronavirus ya había dejado imágenes para la historia: ciudades con menor contaminación ambiental, ríos más limpios, animales salvajes correteando por medio de pueblos y ciudades… Pero Japón ha registrado durante el pasado mes de abril la tasa más baja de suicidios desde hace cinco años. En comparación con el mes de abril del año 2019, la tasa se ha reducido en un 20%. Y todo a pesar de la preocupación de los psicólogos a un repunte de los suicidios causado por la pandemia del COVID-19 y al cierre o reducción de los recursos de los servicios de prevención a las personas con tendencias autodestructivas de hasta un 40%, según ha informado el periódico The Guardian.
El coronavirus ha terminado con las largas jornadas de trabajo tan habituales en Japón
Pero, finalmente, las previsiones más negativas no se han acabado cumpliendo. Ello se debería a la reducción de los factores que provocan el estrés muy fuerte al que están sometidos los ciudadanos nipones por culpa de sus largas jornadas de trabajo, la dura presión académica que viven los estudiantes.
Además de los largos atascos y la masificación de los transportes públicos en los desplazamientos hacia los centros de trabajo.
La pandemia ha facilitado que la gente pase más tiempo en casa junto a sus familiares
El confinamiento provocado por el coronavirus ha sido clave para esta reducción de la tasa del suicidio. Además, el curso escolar que debería haber empezado el pasado mes de abril ha sido retrasado, la mayor parte de la población tiene que estar en casa encerrada, realizando su trabajo por vía telemática y ahorrándose el tiempo que perdían en el recorrido a sus centros de trabajo lo que ha hecho que el tiempo de convivencia con la familia haya aumentado de manera notable.
Todo esto ha reducido de manera señalable el nivel de auto-exigencia que caracteriza a los trabajadores nipones y ha aumentado el contacto entre las personas, lo que proporcionaría más seguridad a las personas que son vulnerables al suicidio.
En total, a lo largo del mes de abril se han quitado la vida un total de 1.455 ciudadanos, lo que significa 359 personas menos que en el mes de abril del año 2019. El suicidio inició una tendencia a la baja en el país nipón desde que en el año 2003 se alcanzase la cifra máxima anual de 34.000 casos. El año 2019 cerró con la cifra de más de 20.000 muertos. La sorpresa viene por el gran descenso que se produce en unas condiciones que dejaban entrever todo lo contrario y en el considerado “mes pico”.
En el conocido como “país del sol naciente”, los contagios por COVID-19 alcanzaron su punto culminante a mediados del pasado mes de abril, cuando superaron los 500 positivos al día, lo que llevó al gobierno del país a declarar el “estado de emergencia” desde el día 16 de abril, lo que implicó el confinamiento de buena parte de la población, aunque las restricciones fueron mucho menos estrictas en comparación con otros países.
Parece que estos datos confirman que la tasa de suicidios va a la baja y esta tendencia se está consolidando. Pero, entre los menores sigue creciendo por culpa del aumento del bullying en los centros escolares, el acoso a través de las redes sociales y otro tipo de problemas entre los jóvenes estudiantes. Los expertos consideran que el retraso en el inicio del curso escolar ha salvado muchas más vidas de lo que nos imaginamos.