La pandemia está dejando historias positivas y que demuestran que no hay que perder la esperanza. Por ejemplo, el caso de María, una pequeña de tan solo siete años que está en un centro hospitalario luchando contra el Cáncer y que ha sido capaz de vencer al Coronavirus. Su sonrisa y sus ganas de vivir se han convertido en un gran ejemplo para muchos.

A pesar de que la mayoría de medios de comunicación se han volcado en las noticias negativas, también hay noticias positivas que nos demuestran que no hay que perder la esperanza ante la pandemia global que ha parado el mundo.

En teoría, un enfermo de cáncer tiene menos posibilidad de vencer al coronavirus

Es el caso de María Caamaño Múñez. La pequeña de tan solo siete años tiene muy claro que quiere ser futbolista y está luchando contra el cáncer, pero hace muy poco dio positivo en el test del COVID-19 por lo que por sus antecedentes la pequeña era una paciente de riesgo y las precauciones tenían que ser extremas ya que, teóricamente, tenía menos opciones de vencer a la enfermedad.

La pequeña está luchando contra enfermedad: un complicado tipo de cáncer conocido como “carcoma de Ewing” que se desarrolla en los propios huesos del paciente o en sus alrededores. Cuando la pequeña fue a realizarse un chequeo rutinario de su enfermedad, los médicos le dieron dos noticias: una positiva, había mejorado de su enfermedad; otra negativa, el resultado de su test en COVID-19 había dado positivo.

A lo largo de varias semanas, la familia estuvo muy preocupada por la pequeña.

Su padre se ha mostrado muy agradecido de estar todos juntos en casa por fin

Al final, la pequeña pudo volver a su casa, ya que la segunda prueba que le hicieron los médico dio resultado negativo y consideraron que ya podía dejar el hospital. Su padre llegó a escribir un mensaje cargado de esperanza y dando gracias de que al fin toda la familia vuelve a estar junta en casa, no puede dejar de mirar a sus hijas.

Al decir “adiós” al COVID-19, de su corta vida, el padre de la pequeña ha confesado que la pequeña no ha soltado en ningún momento el balón de fútbol, ya que le encanta este deporte, incluso le gusta que su nombre lo escriban de una manera muy futbolera: María.

Los progenitores de la pequeña heroína ha explicado que el amor por el fútbol le viene por las dos partes.

Y, la pequeña siempre ha tenido una gran fortaleza y una personalidad muy positiva que le hace ser todo un ejemplo para su familia y para todas aquellas personas que le rodean. Desde muy pequeña, a pesar de todo lo que le ha pasado, siempre se ha mostrado muy positiva y no deja de sorprender a sus padres con su actitud. Incluso, que si no pudiera ser jugadora profesional, tiene claro que será médico o entrenadora.