"A la pandemia del virus queremos responder con la universalidad de la oración", ha declarado el Papa Francisco ante la crisis sanitaria que afronta el planeta a causa del Coronavirus. Sin embargo, la Iglesia católica ha querido ir más allá, anunciando la donación de 30 respiradores para algunos de los hospitales que se han visto faltos de material. Así lo informó este viernes el Vaticano, a través del Director de su Oficina de Prensa, Matteo Bruni.

La Limosnería Apostólica será la encargada de repartirlos entre los obispos de cada diócesis en Italia y España, quienes los entregarán a los hospitales más afectados por la emergencia del Covid-19.

Tras el gesto de la Santa Sede, el limosnero y cardenal Konrad Krajewski, aprovechó para hacer un llamado a la donación, siempre en la medida de sus posibilidades: "La oración sin caridad no es completa", afirmó el religioso.

La otra cuota del catolicismo a la pandemia

Por primera vez en la historia, el Papa otorga la indulgencia plenaria mundial a causa del coronavirus, que ya deja más de 24.400 víctimas en el mundo. En un decreto de la Penitenciaría Apostólica, publicado por El Vaticano, también se concede el perdón de todos los pecados a los profesionales de salud y cuidadores de los enfermos por Covid-19, expuestos al riesgo de contagio.

La iglesia solicita un requisito para hacer efectiva la indulgencia plenaria: orar. "Estar unidos espiritualmente a través de los medios de comunicación a la celebración de la Santa Misa, al rezo del Santo Rosario, a la práctica piadosa del Vía Crucis u otros formas de devoción, a rezar el Credo, el Padrenuestro y la invocación de la Santísima Virgen".

La contribución católica a la actual crisis humanitaria también pasa por la movilización de sus recursos humanos, servicios e infraestructura.

En muchos países ya se han puesto a disposición sus iglesias como lugares de acogida para quienes más lo necesitan. España, por ejemplo, dispone de las casas y templos para la asistencia de enfermos, personas sin techo y personal sanitario que no pueda regresar a sus hogares. Es el caso de la diócesis de Vitoria, la de San Sebastián en el País Vasco, la archidiócesis de Vallladolid o la diócesis de Segorbe-Castellón en la Comunidad Valenciana.

Un rezo que frene el virus

Mientras tanto, de puertas para adentro en la Santa Sede, los obispos suman varios días intentando encontrar la oración que frene la expansión del Covid-19. "Es el proceso normal de ensayo error y la evolución está siendo buena", afirma el Papa Francisco, asegurando que en unos meses espera haber desarrollado el rezo correcto que logre acabar con la pandemia.