La Policía ha comunicado que han interceptado en el punto fronterizo del Aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona (El Prat) a un ciudadanos de nacionalidad colombiana, que procedía de un vuelo desde la ciudad de Bogotá, que había viajado con más de medio kilo de droga, cocaína para ser exactos, bajo una peluca.
El nerviosismo y el tamaño de la peluca llamaron la atención de los agentes del control, que no dudaron en detener al hombre
Todo sucedió en un control cotidiano de los conocidos como “vueltos calientes” que suelen llegar todas las semanas al mencionado aeropuerto de la ciudad de Barcelona. Los agentes tomaron la decisión de detener a un ciudadano que provenía de la capital de Colombia, la ciudad de Bogotá, que intentaba entrar en territorio español con la apariencia de ser turista, pero los agentes se fijaron en él por culpa de su nerviosismo y por el tamaño de la peluca que portaba (que era desproporcional para el cuerpo del hombre).
En el momento de la identificación de los pasajeros, los agentes de policía vieron que bajo un sombrero, el ciudadano llevaba una peluca que llamaba mucho la atención por su gran tamaño por lo que levantó las sospechas de los agentes de que estuviera escondiendo alguna sustancia ilegal en la misma.
Bajo este pelo postizo, y aprovechando que el hombre era calvo, encontraron un paquete precintado, pegado a la cabeza del arrestado, de manera perfecta. En el interior del mismo, había una sustancia de color blanco, que pesaba unos 503 gramos, y que resultó ser cocaína tras dar positivo en los reactivos del típico control de drogas que usan los agentes, en estos casos.
El hombre fue detenido inmediatamente e imputado por un delito en contra de la salud pública, además de ser puesto a disposición de la autoridad judicial al que le corresponde.
Lo mismo ocurrió en el aeropuerto de Barajas en 2015
No es la primera vez que, en un aeropuerto, encuentran cocaína en una situación extraña, ya que los traficantes de drogas tienen que apostar por la creatividad a la hora de mover la droga y evitar que la policía o los perros de los mismos encuentren la carga y, de esta manera, no perder una gran cantidad de dinero.
En el año 2015, por ejemplo, una mujer fue detenida por la policía en el Aeropuerto de Barajas por llevar un kilo de cocaína completamente oculta dentro de una peluca. Igualmente, fue en un vuelo caliente, aunque proveniente de la ciudad de Sao Paulo, en Brasil. Incluso, en ese caso, la mujer viajaba acompañada de su hija de tan solo tres años de edad y portaba nueve paquetes de cocaína que estaban perfectamente cosidos a la base de la peluca, lo que hacía que no se pudieran ver a simple vista.