Una de las conclusiones de un estudio realizado en conjunto entre la Red Jóvenes e Inclusión Social y la Universidad de las Islas Baleares es que el primer acceso a contenido de alta carga erótica que se ha adelantado en España a una edad muy preocupante: se produce a los ocho años y a través de un teléfono móvil.

A causa del nuevo modelo de relaciones que se muestran en este tipo de contenido adulto, según demuestra este estudio, están aumentando las prácticas sexuales de alto riesgo (no solo las más violentas, sino también aquellas en las que se desecha el uso del preservativo) y van a más los casos de enfermedades de transmisión sexual.

Casi un 80% de los adolescentes reconoce que no ha recibido una educación sexual adecuada

Uno de cada cuatro chicos reconocen que comenzaron el consumo de contenidos de alta carga erótica a través de Internet antes de cumplir los trece años de edad. El primer acceso se ha adelantado a los ocho años, sobretodo por la gran familiaridad que poseen los llamados 'nativos digitales' con las pantallas y con la tecnología móvil.

El estudio se llama “Nueva pornografía y los cambios en las relaciones interpersonales” y ha sido elaborado conjuntamente por la Universidad de las Islas Baleares y la Red de Jóvenes e Inclusión Social con una base de 2.500 personas encuestadas en una franja de edad comprendida entre los 16 y los 29 años.

Los resultados se han presentado a los medios de comunicación en Madrid y han sorprendido por la facilidad que tienen los jóvenes en España para acceder a contenido adulto. La edad media en la que se inicia este consumo, en el caso de los chicos, es a los 14 años y, en el caso de las chicas, a los 16.

El patrón que se suele seguir es el de la conocida como "búsqueda activa". Un 33,1% de los hombres buscan la palabra "pornografía" en Internet, mientras que el 62,4% se deja aconsejar por los amigos. En el caso de las chicas, un 34,7% asegura que encuentra contenido adulto en sus terminales sin pretenderlo, mientras que el 17,4% sí reconoce buscarlo de manera activa.

Lo habitual es que todo gire alrededor de la dominación del hombre sobre la mujer

El informe también demuestra que la influencia de la pornografía es mucho mayor en el caso de los hombres en varios aspectos: en la masturbación, en los efectos que se buscan consumiendo contenido sexual y en las consecuencias -muy negativas- que tiene en las relaciones de pareja o interpersonales.

Alrededor de estas prácticas se está creando una cultura de la pornografía que forma parte de los hábitos de socialización de los jóvenes en la sociedad actual. Los adolescentes normalizan las prácticas sexuales que suelen ven en la industria, cuando esa imagen, puntualiza este informe, es completamente irreal.

Entre las prácticas de riesgo que se están haciendo populares, además de mantener relaciones sexuales sin preservativo, están también el sexo en grupo o el incluir violencia extrema en las prácticas sexuales.

El estudio recuerda que la imagen del sexo está distorsionada en la pornografía, donde se recibe una percepción de la relación entre hombres y mujeres que suele estar protagonizada por la sumisión de éstas al varón.