Los jóvenes han decidido pasarse al alquiler, pero no por un cambio de mentalidad. Todo viene desencadenado por la precariedad laboral actual.
Un 90% de los encuestados, entre los 18 y los 34 años de edad, querrían tener una vivienda en propiedad, aunque el 60% se ven obligados a vivir en alquiler.
Los medios de comunicación hablan de un falso cambio de tendencia
A pesar de que varios medios de comunicación señalan que este cambio de tendencia viene provocado por un deseo de libertad, por un desapego que estaría caracterizando a los millenials, en realidad, la mayor parte de los jóvenes en edades entre los 18 y los 34 años de edad sí han logrado independizarse, se han ido a una vivienda de alquiler por culpa de las dificultades económicas y la precaridad laboral que caracteriza a su generación.
Según un estudio presentado en el II Observatorio de la Vivienda en territorio español, el 89% de los jóvenes querían tener una vivienda en propiedad, pero el 59% tiene que vivir en alquiler. A pesar de que ahorran para poder tener una entrada para comprar un piso, la realidad es que lograr una hipoteca es mucho más complicado que hace unos años.
El 80% de los encuestados admite que vive en una zona que no le gusta, aunque por no tener más recursos económico se ven obligados a vivir en otro barrio. Un 32% de los menores de 25 años de edad están en el paro y la precariedad del mercado laboral ya se ha extendido a los 30 años, que es la media de edad de los jóvenes que logran emanciparse, dejar de vivir con sus padres.
Según un estudio realizado por Sigma 2 para una inmobiliaria, con una base de 2.000 encuestados por todo el territorio español, el 40% de los jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 34 años de edad siguen viviendo con sus padres.
En las grandes ciudades, los jóvenes ven imposible comprar una vivienda
Muchos jóvenes explican que, hoy en día, laboralmente, en tres años y al solicitar una hipoteca, se ven obligados a comprometer a terceros para que se presenten como avales.
Y si no se sabe si se va a ser capaz de pagar una hipoteca dentro de tres años, no pueden pedir a una persona cercana que se juegue su casa.
Un 33% de los jóvenes que se han emancipado no son independientes, ya que suelen vivir en pisos compartidos y necesitan la ayuda de su familia para llegar a fin de mes. No solo los estudiantes, también trabajadores en prácticas o con empleos precarios.
Por ejemplo, en Madrid, muchos jóvenes van a hacer prácticas por las que no cobran sueldo o la cantidad que reciben no les llega ni para pagar una habitación en un piso compartido, o trabajan con un sueldo que no llega al mínimo, necesitando ayuda de sus padres.