Las casas de apuestas siguen acumulando cadáveres y dejando familias en la calle. Una joven de solo 27 años se suicidó a principios de octubre chocando su coche contra un puente después de pasarse meses jugando virtualmente a las máquinas tragaperras. Así lo ha contado su novio, tras encontrar su nota de suicidio debajo de una almohada.
Desde mayo, la víctima jugaba a tiempo completo, ininterrumpidamente, durante 8 o 10 horas diarias, y estaba constantemente convenciendo a sus amigos para que también se descargaran apps de juegos de azar. Estas aplicaciones no utilizan dinero real en principio, “pero cuando te quedas sin fichas puedes comprarlas fácilmente”, ha explicado el novio de la víctima.
No es el único caso: los foros de Internet están llenos de usuarios que se sienten sin salida ante las deudas. Son solo algunos de los 400.000 españoles atrapados en la ludopatía, según dicen. Mientras, el gobierno da luz verde a la publicidad que engatusa a los ciudadanos en una de las adicciones más peligrosas del mundo.
Ludopatía: apostar hasta la indigencia o la muerte
“Intentamos por todos los medios que ella dejara de jugar pero no lo conseguimos de ninguna manera. Llegó a gastar mucho, mucho de nuestro dinero, tanto que casi nos vemos en la calle”, se ha lamentado el ahora ex novio de la joven.
“Debajo de la almohada dejó una carta donde me dice que no quiere seguir jodiéndonos la vida y que me quería, que sabía todo lo que había intentado hacer por ayudarla, pero que no la volvería a ver”, ha confirmado él, quien en mayo de este mismo año había pedido ayuda al "ludópata en rehabilitación" que administra la cuenta de Twitter @NoApuestes.
La publicación de la nota de suicidio pretende concienciar a la gente de que algo así no puede volver a suceder.
Este chico aún pasando por lo que está pasando, ha querido compartir la carta que esta chica, su novia, de 27 años, le dejó debajo de la almohada antes de tomar esa maldita decisión. Quiere que la gente tome conciencia y que algo así no vuelva a suceder. pic.twitter.com/NmbgsdDzJt
— Dejando de apostar (@NoApuestes) 1 de noviembre de 2018
La ludopatía es una enfermedad
La joven, que no llegaba a la treintena de edad, ya había sido adicta a las tragaperras hacía años, al punto de “estar cuidando niños, bajarlos al bar y no darles de comer tan siquiera, y decirles que les dijeran a sus padres que habían comida paella” o de ejercer violencia física contra ellos.
Así, perdió mucho dinero y estuvo a punto de arruinarse, por lo que lo dejó, pero con episodios puntuales de entrar en recintos y echar un euro a la máquina. En el caso de que le tocara premio, podía jugarse 10 o 20 euros diarios durante una semana y luego parar durante varios meses. Sin embargo, la facilidad con que se puede acceder hoy en día a los juegos de azar, gracias al formato online de estos juegos, que hacen que el adicto no tenga si quiera que salir de su casa a jugar con máquinas físicas, hizo que la joven recayera.
Juan, el exludópata administrador de @NoApuestes, se comunicó con su novio, y le aconsejó acerca de cómo lidiar con la situación o buscar ayuda: “Creo que desde mi experiencia con el juego puedo, al menos, encaminar a las personas a salir del pozo. Sois bastantes los que me habéis hecho saber que habéis abierto los ojos después de hablar conmigo o leer mi cuenta”.
Juan tiene claro que, como la adicción al alcohol, la ludopatía es una enfermedad más grave de lo que la gente piensa, en que muchos de los que la sufren se quitan de en medio por sentirse demasiado culpables de haber dejado a sus familias en ruinas: “Hay gente que cuando lee o escucha que un ludópata ha perdido X dinero no le da importancia.
No es su problema y encima no entiende que la ludopatía es una enfermedad mental que te puede cruzar el cable de cualquier manera”.
Juegos de azar: mundos de autodestrucción
“Cuando estás atrapado en ese mundo todo son locuras. Y esta es la peor de todas. Creer que no hay solución y quitarse la vida”, ha señalado Juan, que se ha quejado de cómo la mayoría de estas Historias no suelen salir a la luz cuando la realidad es que hay muchos suicidios por culpa del juego, tanto por culpabilidad como por deudas acumuladas.
Al mismo tiempo, las instituciones siguen permitiendo que se publicite, promueva y fomente la ludopatía: "Hay gente que se gana la vida jodiéndosela a los demás, enriqueciéndose a costa de la vida de los demás".