Los tres integrantes que estaban presos en una cárcel de Pamplona y los dos que lo estaban en Madrid han abandonado ayer por la tarde los recintos penitenciarios. Así lo permite la última sentencia en donde se les permite esperar en libertad el resultado del Tribunal Supremo. Se estima que podría llegar a hacer entre seis meses y año y medio.
Los cinco amigos llevaban en presión desde el 7 de julio del 2016.
Horas después de haber cometido la agresión contra la joven madrileña fueron detenidos por la policía. Solo han salido para declarar y dos ellos, el militar y el guardia civil, fueron trasladados a la cárcel de Alcalá Meco por su condición de integrante de las Fuerzas Armadas.
Con el auto de la Audiencia de Navarra emitido el jueves solo faltaba que, cada uno de ellos, abonara los 6.000 euros de fianza que determinaron los magistrados. Algo que, hasta el propio abogado de defensor, veía complejo por la falta de recursos económicos de los familiares. Sin embargo, en menos de 24 horas, los cinco habían reunido esa suma y hecho el depósito efectivo.
Cerca de las 16 horas, personal de la cárcel de Pamplona comunicó a los internos José Ángel Prenda, Ángel Boza y Jesús Escudero que podrían abandonar la prisión.
El egreso de las instalaciones penitenciarias de Navarra se produjo recién 90 minutos después. Los tres, descendieron por una rampa exterior desde donde se los podía ver. Con atuendos veraniegos y distendidos, los amigos andaluces es probable que ni siquiera imaginan el repudio que les espera en las calles.
El viaje a Sevilla lo han hecho en dos coches negros, los mismos en los que abandonaron la cárcel. Mientras El Prenda, Boza y Escudero partían rumbo a sus casas, aún esperaban en Alcalá Meco Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo, que pudieron dejarla cerca de las 19,30 horas.
En este caso, por pertenecer a las Fuerzas Armadas, ambos fueron destinados a esta prisión alejados de sus amigos. Debían marcharse con urgencia hacia Sevilla, incluso con más celeridad que sus otros amigos, porque el auto de la Audiencia de Navarra fija que ninguno de los integrantes de La Manada, puede ingresar en la Comunidad de Madrid, sitio donde reside la víctima.
El juicio que lo cambió todo
Probablemente no haya sido por el resultado final, al menos hasta la fecha, pero los hechos ocurridos aquella noche del 7 de Julio en San Fermín, han puesto marcadoo un hito en la sociedad y la cultura española.
Desde la destable intervención policial hasta la instrucción, una vez más, las Fuerzas de Seguridad demostraron su profesionalidad.
La detención del grupo se produjo apenas unas horas más tarde de que la joven interpusiera la denuncia.
Más de un año llevó el proceso de instrucción que dió comienzo, el 13 de noviembre a un juicio por el que pasaría, la víctima, los cinco acusados, la pareja que ayudó a la joven y dio aviso al 112.
El relato de la víctima volvió a ponerse en tela de juicio por la defensa, que había contratado a un investigador para que analizara los movimientos de la jóven los días posteriores a la agresión denunciada. Durante las cuatro horas que duró la declaración de la muchacha que cuando sucedieron los hechos tenía 18 años, tuvo que recordar lo que pasó, pero también dar explicaciones de sus días siguientes, por qué se fue de vacaciones y qué motivos la llevaron a subir una imagen polémica a sus redes sociales.
José Ángel Prenda, Jesús Escudero, Antonio Manuel Guerrero, Ángel Boza y Alfonso Cabezuelo que declararon durante esas jornadas, jamás reconocieron los hechos como una agresión sexual. Aseguraron en todo momento que se trató de algo consentido por todos.
Fueron condenados por abuso sexual y no por violación, a la pena de 9 años de prisión.