De no ocurrir nada impredecible, el próximo sábado, llegarán al puerto de Valencia los 629 refugiados. Tal vez, la expectación del debut de la selección española en el Mundial de Fútbol de Rusia, quite importancia a su llegada. No obstante, ese día y desde hace varias horas, cientos de personas trabajan a destajo para preparar, no solo el sitio en el que atracarán las embarcaciones, sino también el protocolo con el que actuarán. De los casi 630 inmigrantes que viajan en tres barcos desde las costas italianas, cerca de 150 son menores de edad que están sin compañía de adultos, 7 mujeres embarazadas y 11 bebés.

La medida excepcional se nota en los pasos a seguir; consultas, dubitaciones...

Es la primera vez que España toma una decisión así, tan extrema como humanitaria. El modelo de acogida actual es prácticamente artesanal. Es un sistema que tiene grietas y que no contempla estas posibilidades.

El sistema de acogida de refugiados de España no supera las 8.500 plazas, que lógicamente, ya están todas ocupadas, con unas 1.000 personas que aguardan en un lista tener algo de suerte durante los próximos meses. Europa tiene un compromiso que asumir con la situación, no puede mirar hacía otro lado.