Hasta hace no mucho, algunos años solamente, el hospedaje era algo bastante menos fortuito. Se elegía el destino y luego el sitio donde dormir, o al revés. Esa era la dinámica con la que los afortunados viajeros optaban entre un sitio u otro. Pero de repente, tan de repente que el fenómeno llegó sin una legislación que lo regulara, todo cambió.
Las plataformas para alquilar pisos turísticos surgieron con tanta fuerza que resulta difícil que esta demanda no se hubiese reconocido con anterioridad. Lo cierto es que, alquilar pisos turísticos se ha vuelto un negocio rentable.
Algo que beneficia a las dos partes involucradas directamente, el arrendador y el arrendatario. Sin embargo, este extraño intercambio perjudica gravemente a todas las demás partes indirectamente involucradas. Lease: vecinos, hosteleros, trabajadores de hostelería y habitantes de la ciudad que buscan piso en el centro del lugar donde viven.
El alquiler por dos o mas años en las grandes ciudades del país ha incrementado un aumento notable durante los últimos 4 años. Hasta los pisos de estudiantes han subido de precio. La regulación está al llegar. Algunas ciudades ya han comenzado a normativas para solventar esta situación que perjudica a mas personas de las que beneficia.