Tras el intenso día de ayer, día de la mujer, podemos ver todo tipo de reacciones de la gente. En primer lugar, mi mayor felicitación a todas aquellas mujeres que salieron a la calle, que hicieron temblar el mundo con sus voces y demostraron de sobra que somos muchas, que tenemos nuestros derechos y que nada ni nadie nos va a parar. También un aplauso para las que, en su momento, hicieron esto posible, siendo mucho más difícil que en nuestro tiempo, y que dieron hasta la vida por la causa, sin vosotras no estaríamos donde estamos.

Sociedad a la defensiva

Como cada vez que hay un evento importante, salen a la luz opiniones de todo tipo, de gente normal y de celebridades, y sobre todo estos últimos reciben un aluvión de críticas. Hay que decir que si eres un personaje público, influyente en la sociedad y más cuando son niños o adolescentes que están creando su forma de pensar y ver el mundo, tienes que ser consciente y tener mucho cuidado con las opiniones que lanzas. Más haya de esto, no estamos preparados para este tiempo que vivimos, ya que en lugar de querer mejorar entre todos, ayudarnos a crecer y crear una buena comunidad, parece que estamos ansiosos, a la espera de que alguien diga algo que no nos gusta, solo para saltar contra él y demostrarle que está equivocado, teniendo nosotros la razón y la verdad absoluta por supuesto.

Ayer hubo muchos ejemplos de esto, pero me refiero en concreto al caso de la youtuber Kika Nieto, la cual subió el día 6 de marzo un vídeo a su canal en el que un seguidor le preguntaba su opinión sobre la comunidad LGBTQ siendo cristiana. Al ver el vídeo se puede percibir que no es una pregunta con la que se sienta cómoda e intenta contestar sinceramente sin ofender a nadie.

El problema es que no escogió bien las palabras y dijo que lo normal es que un hombre ame a una mujer y que no está bien cuando el amor es entre hombres o entre mujeres, pero que ella los tolera y que es Dios quien tiene que juzgarlos...

Evidentemente, no son palabras acertadas, es una creencia del pasado y es razonable que muchas personas se sintieran aludidas y dolidas, en especial amigos suyos.

Pero esto tampoco justifica la avalancha de comentarios, vídeos, críticas e insultos que Kika ha recibido en los días posteriores. Lo gracioso en este caso es que personas del colectivo anteriormente mencionado, que piden respeto, comprensión y tolerancia, han respondido justo al contrario, riéndose de ella, e intentando dejarla en mal lugar.

Para reflexionar

A lo que voy con todo esto es a que tanto un lado como el otro lo han hecho mal, solo ha habido unas pocas personas que han abordado el tema desde la calma, el respeto y vigilando bien las palabras. ¿Por qué tenemos tanto odio acumulado? ¿Por qué estamos alerta esperando la oportunidad de burlarnos de alguien, de desprestigiarle, de hacerle sentir mal?

¿Qué ganamos nosotros con ello? La próxima vez que vayas a hacer algo a alguien, o a decirle algo, pregúntate primero si eso va a ser útil, si es necesario, las consecuencias que puede tener y si a ti te gustaría que te lo hicieran. Posiblemente después se te quiten las ganas muchas veces. Lo que quiero dejar claro es que lo más importante es el respeto, tanto de ideologías, sexos, razas, religiones etc, como de la libertad de expresión. Siempre tenemos que ponernos de parte del amor y evitar el odio, y como decían Timón y Pumba del Rey León: ¡Hakuna Matata, vive y deja vivir!