La vida del anterior Papa, Benedicto XVI, se está apagando de manera muy rápida. Esta información no es fruto de ninguna noticia, ni mucho menos de ningún rumor en las redes sociales. Sino que, por el contrario, proviene del propio Papa emérito que se ha expresado con una completa naturalidad en una carta dirigida al prestigioso periódico italiano Corriere della Sera que “estoy en peregrinación hacia la Casa”. En clara alusión a un progresivo deterioro en su estado de salud al afirmar en este documento que “solo puedo decir a este respecto que en el lento declive de las fuerzas físicas”.

Esta misiva sorpresa en la prensa transalpina ha desatado el temor entre los católicos de todo el mundo que temen que en las próximas semanas se confirme la noticia que no hubiesen querido escuchar. Hasta el punto de que es el propio Joseph Ratzinger quien ha reclamado una oración por parte de los católicos que se acurdan de su persona. En este sentido, hay que recordar que el próximo 16 de abril cumpliría 91 años. Con muchos achaques en su estado de salud en los últimos años.

Retirado desde que dejó el Papado

En estos momentos, el papa alemán que se encuentra preparado para la muerte, reside en un monasterio italiano, muy cercano al Vaticano, en donde se dedica a sus dos grandes pasiones: la reflexión intelectual y la música.

Más que por su breve papado ha sido conocido porque en 2013 sorprendió a todo el mundo por constituirse en el primer Papa que renunciaba al pontificado. Para retirarse prudentemente del organigrama de la Santa Sede.

Tras lo cual fue nombrado Francisco como cabeza visible de los católicos en todo el mundo. Con una relación entre ambos personajes que ha sido definida como completamente satisfactoria por los dos líderes de la Iglesia católica.

Benedicto XVI sucedió en el pontificado a su gran amigo, Juan Pablo II.

Con un delicado estado de salud

En la carta remitida a la prensa italiana admite que esta última parte del camino le está siendo un poco agotadora. No en vano, la condición física no ha sido una de las cualidades más apreciables en la vida de Joseph Ratzinger.

Incluso en sus últimos años de papado se le notaba muy deteriorado y hasta el punto que unos de los motivos que se abordó para explicar su renuncia se debió a un delicado estado de salud.

Con una serie de enfermedades de las que todavía no ha habido una conformación oficial. Porque en algunos medios de comunicación se llegó a especular porque era víctima de un grave proceso tumoral. Sin que el mismo en ningún momento los reconociese, ni incluso las personas más allegadas a su figura.