Nayhaly Salazar, la joven española de origen ecuatoriano, habría caído de una silla en altura y los encargados de la actividad arrojaron su cuerpo a un río por miedo. Al menos esta ha sido la confesión de dos hombres que desempeñaban tareas relacionadas con el turismo en la zona de Ayomoco.

Al parecer, Nathaly se habría dirigido a este lugar, tal como lo había comunicado a su familia y al conserje del hostal en el que se hospedaba. El 2 de enero, fecha en la que su familia dejó de recibir noticias de la joven, Salazar habría contratado los servicios de una especie de tirolina precaria.

Según las declaraciones de los detenidos, la turista española cayó de una cesta en altura y por temor a las consecuencias, decidieron arrojar el cadáver al río Vilcanota, en la región de Cuzco. La Policía Nacional y los agentes de la Guardia Civil que colaboraban para poder esclarecer el paradero de la mujer desaparecida arrestaron a los dos hombres durante la tarde de ayer. Poco mas se sabe de lo sucedido, salvo que los efectivos involucrados en el caso buscan el cuerpo de Nathaly en el río.

Los detenidos serían el dueño y un empleado de este servicio rústico que ofrece a los turistas observar el Valle Sagrado de los Incas. El sistema que le habría causado la muerte a Nathaly, sería una mezcla de aerosilla con tirolina bastante elemental que se eleva a partir de unos cables.

Aún no está claro si la muchacha falleció por un golpe con esta canasta o al caer la misma de una altura considerable.

Su teléfono móvil no ha sido encontrado, así como la tarjeta de crédito que llevaba consigo tampoco registró movimientos desde la fecha en la que desapareció. La joven comunicó al conserje del hostal y a su familia, que planeaba visitar ese fatídico 2 de enero las zona de las ruinas arqueológicas de Moray.

Sin embargo, Salazar nunca habría llegado hasta allí.

Una desaparición de alto riesgo

Nathaly Salazar tenía 28 años, nació en Ecuador y a los 11 años se trasladó junto con su familia a Valencia. La joven tenía la nacionalidad española y llevaba algo más de 60 días recorriendo algunos países de Latinoamérica sola. Según ha relato su familia, era un "sueño" que estaba cumpliendo.

Los planes de Nathaly eran finalizar el recorrido en su Ecuador natal.

Sus padres llegaron a Perú los primeros días de la semana pasada. Su madre visiblemente angustiada confesaba que había llegado hasta allí para encontrar con vida a su hija. Desde un primer, la desaparición de Nathaly fue considerada de alto riesgo por tratarse de una mujer, joven, que viaja sola y que, prácticamente a diario, se comunicaba con su familia.

La última esperanza

Tamara Salazar, hermana de la víctima, se mostraba más ilusionada al comenzar la semana. Un transporte con turistas había sufrido un accidente y gran parte de los pasajeros estaban internados en hospitales de la zona. La posible pista mermó por unas horas la angustiada de una familia que llevaba más de 10 días sin noticias de Nathaly.

No obstante, el 9 de enero, todavía se investigaban todas las líneas posibles de investigación.

Dos agentes de la Guardia Civil española viajaron al país sudamericano para colaborar con la policía local en la búsqueda de la mujer. Nathaly fue visto por última vez la mañana del 2 de enero. Las cámaras de seguridad del hostal en el que se alojaba grabaron a la muchacha saludando al recepcionista y saliendo del establecimiento. Los padres se Nathaly se comunicaron con el albergue tras no recibir noticias de su hija y allí les confirmaron que no había vuelto al hotel y que estaban sus pertenencias en la habitación, tal como las había dejado la joven.