Cerca de 500 días de investigación, horas de búsqueda que, por momentos parecieron infructuosas, desesperantes para su familia. El caso Diana Quer, podría estar a punto de resolverse.
La desaparición de la joven madrileña, el 22 de agosto de 2016, cerrada a cal y canto bajo el secreto de sumario durante los primeros meses de instrucción, generaron las más variadas especulaciones. Las sospechas recayeron, para la opinión pública que necesita encontrar una respuesta, en la mala relación de los padres, en un feriante, en ciertas amistades no bien vistas por sus progenitores.
La búsqueda de Diana Quer conmocionó al país, aquel verano del año pasado, hubo cientos de llamados que aseguraban haberla visto. Siempre con buen talante, la Diana de las fotografías que tanto espacio ocupaban en los medios de comunicación. A veces acompañada de un hombre mayor, otras sola, caminando como si todo unpaís no estuviera pendiente de encontrarla.
Luego apareció su móvil, lo halló una mariscadora, por la zona que la policía tenía perimetrada desde el inicio de la investigación. La misma zona que hoy recoge todo el silencioso trabajo de UCO con una recompensa mayúscula. El principal sospechoso de la desaparición de Diana Quer, entre unas 80 personas que la policía ya rastreaba con lupa, ha sido detenido el pasado viernes.
La pista la dio una joven que denunció que la noche de Navidad, el Chicle, uno de los apodos del detenido, intentó robarle el móvil y amenazándola con una arma blanca, obligarla a subir a su vehículo. Coche que coincide con los buscados por la policía desde agosto de 2016, el modelo es uno de los que se mencionó desde el inicio de la investigación.
El chicle, vive a escasos 2 kilómetros de donde fue encontrado, bajo el río, el teléfono de Diana. Un móvil que, tras meses impidiendo ser desbloquedao, permitió el acceso a su contenido más confidencial. Nada que llevase hasta su secuestrador o que vertiera alguna nueva pista. Algo entendible, si se comprueba que el ahora detenido, pudo haber empleado un modus operando similiar entre Diana y la joven a la que intentó atacar el pasado 25 de diciembre.
Un desconocido, que a punta de navaja, amenaza a la joven para que suba a su coche, robándole previamente el teléfono móvil.
El chicle, tiene antecedentes delictivos. Fue acusado de una agresión sexual, de la que su mujer, hoy también detenido, le brindó una coartada. Estuvo vinculado con el tráfico de drogas y el trapicheo. Su móvil y el de Diana Quer emitieron señales en las mismas zonas y la misma hora. Sin embargo, de nuevo su mujer, cuando éste fue citado a declarar, aseguró que esa madrugada de agosto, su pareja estuvo con ella toda la noche.
El perfil realizado desde un primer momento por UCO del sospechoso de haber secuestrado a Diana Quer coincide con muchos, demasiados rasgos de El chicle.
Un hombre con antecedentes, de entre 35 y 45 años, conocedor de la zona, las vías y rutas de acceso. El chicle es oriundo de la comarca y tiene 41 años, además de varios antecedentes penales.
Según publica La voz de Galicia, la mujer de El chicle, detenida también ayer, no por el caso de la última joven, sino exclusivamente por el de Diana Quer como posible encubridora de su marido, cambió el relato. Al parecer, el recuerdo de qué hizo su pareja la madrugada del 22 de agosto del 2016 ya no es tan nítido, ni ella tiene tantas certezas. Por lo que la principal coartada de El chicle se desmorona.
La pareja lleva desde el pasado viernes detenidos en las dependencias de la Guardia Civil en A Coruña. La primera en declarar fue la mujer, en calidad de supuesta encubridora de su marido.