Pese a los intentos por evitarlo, el 1 de octubre llega con incertidumbre y un país dividido. Machas por todo España durante la jornada del sábado, han demostrado la intención de unión contraría al proceso separatista.

Mientras que Madrid, la manifestación se convocó frente al Ayuntamiento, en Barcelona fueron dos las marchas contra el Referéndum. Una se congregó durante la mañana del sábado, mientras que la otra se realizó con el mismo fin, durante la tarde.

"No está lloviendo son las lágrimas de Puigdemont" coreaban a voces varios de los presentes. Durante el recorrido, ambas manifestaciones, han mostrado su gratitud a la labor de las fuerzas de seguridad del estado en todo este proceso.

Convocados por D'Espanya i Catalans, Sí a España y Españoles a pie, miles de personas no dudaron en colgar la bandera española de sus balcones o cobijarse con cánticos como "España unida jamás será vencida".

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont fue de los más atacados en los coros. La lluvia otoñal que caía en Barcelona, fundía en pestaneos las esteladas con las banderas nacionales.

El 1 de octubre encuentra una sociedad enfrentada por un largo proceso independentista que no ha logrado la legalidad.