Muchos de los ciclistas y motoristas que hacen reparto a domicilio han mostrado su malestar ante las condiciones laborales a las que se enfrentan.
Los repartidores se han unido en “Riders por derecho”, para intentar mejorar sus condiciones laborales. Las empresas que contratan sus servicios requiere que sean autónomos. Situación que ellos denominan como “falsos autónomos” porque en realidad no pueden negociar sus condiciones de trabajo. No obstante, prestan servicios con sus herramientas (Motos, bicis, etc.) y deciden la cantidad de horas semanales que quieren trabajar, por lo que según la ley, sí podría considerárselos como tales.
Contratar bajo estas circunstancias para las empresas es más que redituable.
Si la bicicleta o moto necesita reparación, ésta corre por cuenta del propietario, no tienen seguro, salvo que ellos deseen pagárselo.
El precio por pedido varía según las Comunidades Autónomas y la empresa contratante. El cambio que con mayor severidad piden, es que se garantice el pago de al menos, dos servicios por hora. Un repartidor suele percibir por el trabajo de un mes unos 600 euros brutos, trabajando entre 4 y 5 horas diarias. Cifra a la que hay que restarle los pagos de IVA, IRPF y el pago de la cuota de autónomos.