Al principio de la revolución de las empresas de alquiler con conductor (VTC) solo Uber se llevaba el reproche de los taxistas, sin embargo, con el correr de los meses apareció Cabify y los reclamos se colapsaron.

La ley establece que pueden coexistir ambos servicios siempre que haya un vehículo de alquiler con conductor por cada 30 taxis. La Federación de Taxis estima que, solo en Madrid, existen unos 2 mil de los primeros. “Que se cumpla la ley” ha sido la premisa de una marcha que ha afectado a todo el país. Si la situación no mejora con esta medida, los taxistas han amenazado con comenzar una huelga indefinida a finales de julio.

Es importante destacar que, durante el mes de agosto, el servicio de taxis en las ciudades suele reducirse a la mitad de la frecuencia habitual.

Pese a que la mayor parte de la marcha de taxistas se ha realizado sin incidentes, la presencia policial ha sido fundamental para evitar problemas mayores. El comienzo de la misma, en la estación de Atocha, arrancó con ciertos disturbios y enfados por parte de los trabajadores del sector con la policía que vigilaba el perímetro. La tensión y el temor a enfrentamientos han estado presentes durante todo el recorrido hasta el Congreso de los Diputados.