El atentado más atroz sufrido por Reino Unido durante los últimos 10 años, ha dejado desolado al mundo entero. El primero de los tres conciertos que Ariana Grande tenía previsto realizar en el país, se ha saldado con 22 personas muertas y más de 50 heridas.
No ha sido un atentado más, el terrorista ha ido por los niños y adolescentes que colmaban el recinto. Algunas empresas y discográficas, han hecho público este martes, su pesar por un ataque que también va dirigido a la música y el arte. David Bisbal, Shakira, fueron solo algunos de los artistas que han mostrado su conmoción y pesar.
La intención del terrorista no ha sido otra que golpear aún más fuerte, sin que la sociedad supiera que esos ataques podían serlo. El Mánchester Arene tiene capacidad para 21 mil personas, se estima que la sala estaba repleta. Ariana Grande salió de las filas de la productora Disney. Su público no suele superar los 18 años, ella apenas tiene 23. Los adultos que estaban allí, acompañaban a los niños de la familia. La premisa, desde primera hora de la mañana, ha sido continuar con la vida habitual. No es algo novedoso, es la misma que se repite una y otra vez después de cada ataque, para que "ellos" no vean nuestro miedo, no se sientan ganadores. ¿Quién puede no tener miedo ante el dolor de un niño, ante las lágrimas y la sangre, ante un padre que grita desesperado y otro que llora sobre el cuerpo de su pequeño?
La vida sigue, sí, pero con mucho dolor.