Mauricio Arturo Vilanova, desde hace 16 años alcalde de San José Guayabal, un municipio de 11.000 habitantes del departamento de Causcatlán a 30 km de San Salvador (El Salvador) combate codo a codo con la policía contra la delincuencia y el crimen; patrulla la ciudad armado y con chaleco antibalas, realiza programas sociales con el fin de evitar que el miedo gobierne sus calles, y se basa en la comunicación y concienciación para llevar a cabo “método Vilanova”.

La delincuencia en El Salvador preocupa y atemoriza a la ciudadanía por el gran número de asesinatos y un crecimiento de pandillas diario.

El gran incremento de violencia comenzó tras la tregua decretada en 2012 entre Gobierno y pandillas: la 'pax mara' que lo que consiguió fue fortalecer las maras en las cárceles y en las calles.

En 2014 y 2015 el país se convierte, tal y como confirma la ONU, en el segundo lugar más peligroso del mundo, precedido por Siria. Presenta una media de 104 homicidios por cada 100.000 habitantes y el balance anual es de más de 6700 muertos. De los 3,3 millones de habitantes de El Salvador más 400.000 son miembros de las pandillas, contabilizando mareros, familiares y allegados.

El alcalde justiciero de San José Guayabal decidió enfrentarse él mismo a las maras y tratar de acabar con ellas. Acompañados por sus hombres, policías y gente de confianza, patrulla las calles y dispone, al igual que las maras, de una amplia red secreta de informadoress que le comunican los pasos y acciones de las pandillas.

Además tiene registrados a todos los pandilleros fichándoles con apodo, nombre, dirección y edad para posteriormente poder detenerles y reconoce no tener miedo.

En El Salvador las pandillas imponen el “ver, oír y callar” pero Vilanova y sus hombres combaten y se esfuerzan día a día porque al menos en su municipio domine el “ver, oír y denunciar”.

Con esta lucha pretende frenar el miedo y la emigración de los jóvenes (más del 60% desean emigrar) que está provocando este crecimiento delictivo.

Pero no sólo realiza acciones en las calles; en el centro escolar del municipio realiza acciones pedagógicas, promueve la asistencia a las aulas, dialoga con las familias y controla a los padres que no asisten a las charlas propuestas e incluso organiza torneos deportivos.

El 70% de la agenda de este alcalde supone pelear contra la delincuencia y criminalidad priorizando la seguridad de sus ciudadanos. Ojalá hubiera más justicieros como Mauricio Arturo Vilanova, todo un ejemplo a seguir.