Barcelona se considera como uno de los destinos europeos favoritos para miles de turistas, quienes a la hora de realizar excursiones, disfrutar la arquitectura moderna, la playa, la montaña o bien sea la buena gastronomía no dudan en poner a la ciudad condal como preferente.
Actualmente el número de visitantes que se desplaza a la capital catalana se ha disparado, cosa que no tiene muy contentos a parte de sus residentes dado que consideran que la ciudad ha llegado a su límite.
El caso es que la llamada “ciudad del bien común”, se llena de turistas que recorren las calles, saturando los espacios y el transporte público.
Además, día tras día los barceloneses tienen que lidiar con otro problema, el incremento en los alquileres. Gran parte de los edificios se han transformado en pisos turísticos, lo que ha conllevado una disminución en la disponibilidad de pisos para todo el año y por tanto, el alza de los precios de alquiler de larga duración. Así que, a la hora de buscar un piso en Barcelona que sea económico, normalmente tienes que optar por irte a las afueras de la ciudad.
Con la finalidad de “controlar” el desborde de viajeros en la ciudad, el ayuntamiento de Barcelona ha puesto en macha un plan cuyo propósito es devolver la tranquilidad a los vecindarios.
¿Por qué limitar la llegada de turistas en lugar de atraerlos?
He aquí la cuestión y a raíz de ello surgen división de opiniones. De un lado están los que ven el turismo como un medio para crear fuentes de empleo y aumentar los ingresos, mientras que en el otro bando se encuentran los que abogan por una ciudad más despejada y tranquila.
El tema es que el informe de actividad turística de 2016 revela que el 47,5% de los barceloneses piden medidas al ayuntamiento a fin de limitar el Turismo, mientras que el 48,9% creen que se debe atraer más visitantes a la ciudad.
Este porcentaje varía según la zona. Los que viven en pleno centro turístico como, la Sagrada Familia, La Barceloneta o San Antoni, defienden que se ponga freno al turismo, en tanto, los vecinos más apartados, como Nou Barris o Les Corts, están a favor del incremento turístico. Aunque los barceloneses son conscientes del papel importante que juega el turismo sobre su economía, han empezado a hartarse, no obstante, dejan claro que no es un plan de impedimento, sino de restringir un turismo que va en aumento. Para alguien que va de paso a la ciudad puede resultar divertido el ver las calles abarrotadas siempre, pero cuando forma parte de tu rutina, las cosas cambian.