Los niños muchas veces no saben gestionar sus problemas, no los cuentan en casa porque no creen que vayan a ser entendidos, porque se sienten avergonzados o culpables. Por eso es labor de los padres estar pendientes de los cambios que pueden producirse en el carácter de sus hijos y que pueden ser indicio de que está siendo víctima de acoso escolar.
Cuanto más continuado en el tiempo y más agresivo sea el acoso más serias serán las secuelas que deje, pudiendo llegar a hacer que la persona se vuelva retraída y tenga miedo de enfrentarse a los actos sociales.
Algunos de los síntomas que puede presentar un niño afectado por el acoso escolar son:
- Cambios bruscos de humor
- Estados de tristeza sin causa aparente que pueden derivar incluso en estados depresivos.
- Cambios en la alimentación, falta de apetito, comida compulsiva etc.
- No querer ir a la escuela y en ocasiones negarse a salir de casa, a veces llegando al punto de fingir estar enfermo.
- Mostrar poco interés incluso por actividades que antes le entusiasmaban.
- Bajar el rendimiento
Contar con ayuda psicológica especializada puede ayudar a toda la familia a sobrellevar el problema. Lo que no se debe hacer nunca es minimizar, ignorar u ocultar la situación.