A diario nos levantamos pegados al teléfono vivimos enganchados a las redes. Lo primero que hacemos al despertar es consultar si tenemos un WhatsApp, notificaciones en Facebook o noticias "interesante" que leer, alguna novedad en Instagram, "me gusta" o comentario en esa última foto que subimos. Estamos tan "cegados" con las redes que hemos "olvidado" que lo que enriquece la vida diaria, lo que te hace humano, crecer como persona, saber más, ser más interesante, son las relaciones interpersonales, el contacto de tú a tú, aprender del prójimo, de sus historias y vivencias…

Lo que enriquece es sentarte en la terraza de un bar y hablar largo y tendido, con expresiones, gestos, miradas, sonrisas, con todo aquello que puedes ver y sentir y lo que es más importante de todo, interpretar para no llegar a malos entendidos.

Lo que hace que la vida sea maravillosa es juntarte con la gente que quieres, con aquellos que aportan a tu vida luz, que te hacen reír y sentir, que te pueden tocar, mirar, lo que la hace especial y que merezca la pena es estar con los demás, verlos y hacer cosas juntos, ir al cine, hacer deporte, ir al teatro. Lo que nos hace ser quienes somos, es el trato con las personas, intercambiar opiniones, gustos, lugares.

Mantener amistades vía chat cada vez es más común, sobre todo entre personas adultas, al fin y al cabo, los jóvenes siguen siendo personas que les gusta compartir experiencias, aunque también dediquen mucho tiempo a las tecnologías, siguen saliendo y quedando para ir a cenar o de fiesta.

Sin embargo, los adultos, por lo general, van a trabajar, algunos hacer deporte (que suele ser el momento social fuera del trabajo) y a casa.

En conclusión, no debemos perder las buenas costumbres de solo relacionarnos laboralmente, sino también fuera, compartir una coca cola con los más afines a ti, practicar deporte, quedar con amigos de toda la vida con los cuales te ves menos y poder contaros buenas nuevas... Está muy bien contarnos cosas vía chat, darnos información, contarnos, pedirnos favores, pero está mucho mejor si de vez en cuando dedicamos un poco de tiempo a los nuestros y permitimos que nos sientan, huelan o vean, ya que del otro modo nos perdemos el placer de poder comprobar por nosotros mismos, si el gesto de su cara realmente expresa lo mismo que sus palabras.

Antaño las relaciones eran más enriquecedoras, ahora coges el móvil, abres un WhatsApp y preguntas esperando que te contesten.Los móviles nos han "facilitado" mucho la vida, pero por otro lado también nos ha "alejado" de lo esencial de las relaciones humanas.Esta nueva moda nos ha "apartado" de lo realmente importante, que son las personas, este novedoso invento nos ha convertido en personas lejanas y frías, pregúntate sino, ¿De qué sirve un mensaje de aliento, de felicitación o unas palabras de cariño cuándo nos ha pasado algo exitoso, bueno o malo, si lo que realmente necesitamos en ese momento es un abrazo, un beso o una palmadita de ese alguien?.

Estamos de acuerdo en qué si nos encontramos a miles de kilómetros "nos acerca", no siempre tenemos la suerte de tener a los nuestros "cerca", y esto ayuda a "acercarnos", pero cuándo los nuestros viven a diez minutos, o incluso una hora, un simple mensaje nos roba lo esencial de la vida poder verlos y disfrutarlos.

La vida es un maravilloso viaje con momentos compartidos de la mano de aquellos que nos llenan el corazón. Puedes conformarte viendo una foto que te envíen, o poder tomarla tú en vivo y en directo.