La presentadora Ana Obregón está viviendo con bastante angustia la crisis del coronavirus. Su hijo Álex Lequio, que lleva varios años luchando contra un Cáncer, ha tenido que ser hospitalizado de nuevo. Ambos están en un centro hospitalario de la ciudad de Barcelona donde el joven está haciendo frente a un nuevo tratamiento de quimioterapia. Pero, en esta ocasión, está presente la preocupación de que alguno de los dos se infecte por coronavirus.
Álex siempre se refirió al cáncer como un "resfriado muy puñetero"
La primera vez que la presentadora hablaba de la dura lucha que estaba llevando a cabo su hijo contra la enfermedad, Ana decía que estaban en un camino bastante largo y que no era nada fácil.
Un “resfriado muy puñetero” como se refería el propio Álex a la enfermedad contra la que sigue luchando hoy en día. Desde el diagnóstico ya han pasado dos años y nada les detiene en esta dura lucha. Por encima, los centros hospitalarios están al límite por culpa del coronavirus. Por esa razón, Ana y Álex han tomado la decisión de viajar a Barcelona para hacer frente a esta nueva ronda de quimioterapia.
El joven ya estuvo ingresado durante unos días, el pasado mes de febrero, en un hospital de la capital madrileña. Y, ahora, está haciendo frente a una nueva ronda de quimioterapia. Su madre,como siempre, no ha separado de su lado y no ha dudado en desplazarse a Barcelona con su hijo.
Según varias informaciones, el joven llevaría más de un mes ingresado
Ambos habrían llegado a la ciudad condal antes de que el Estado de Alarma fuera decretado para poder hacer frente a una nueva ronda de quimioterapia.
El joven tiene que ser trasladado a su habitación en silla de ruedas. Álex ha subido hace unos días, a sus redes sociales, un dibujo manga en el que se pueden ver a dos personajes chocando los puños preparados para luchar con una gran cantidad de villanos.
Ana ya estaría completamente asentada en la ciudad condal y totalmente volcada en la recuperación de su hijo.
Según la conocida presentadora, no está haciendo nada que no haría cualquier otra madre en su misma situación. Ana ha logrado ganarse el cariño de todos los trabajadores del centro hospitalario gracias a su amabilidad e, incluso, no ha dudado en regalarles bombones como gesto de agradecimiento por el trato a su hijo.
Alessandro Lecquio, por su parte, vive desde la distancia aunque muy preocupado la evolución de su hijo.
El colaborador de “El programa de Ana Rosa” recuerda como un fuerte dolor de espalda fue el detonante de la guerra más dura que ha tenido que hacer frente la familia. Desde entonces, el joven ha tenido que dejar su vida profesional a un lado y se ha volcado en su recuperación.