Gloria Camila ha decidido abrirse a sus seguidores y confesar cuál ha sido su peor momento. La colaboradora de Mediaset ha reconocido que ha sufrido depresión y trastornos alimentarios. La confesión de la hija pequeña de la desaparecida cantante Rocío Jurado y del torero José Ortega Cano ha sorprendido a sus seguidores por la imagen de mujer fuerte que transmite la joven.

Desde el momento en que Antonio David Flores decidió dar el salto y participar en la última edición de “Gran Hermano VIP”, toda la familia Mohedano volvió a estar en el centro de todas las polémicas tras tres años de bastante silencio por parte de los medios de comunicación

Gloria Camila y su ruptura con Kiko Jiménez

Gloria Camila estaba en el ojo del huracán desde el verano pasado por culpa de su ruptura con el ex-tronista de “Mujeres y hombres y viceversa, Kiko Jiménez.

Además, el joven inició una relación con Sofía Suescun y ambos no dudaban en criticar duramente a Gloria Camila en los platós de televisión.

La joven, que tiene 25 años de edad, ha optado en todo momento en no responder ni dar publicidad a los rumores que aseguran que, durante su relación con el propio Kiko, le fue infiel (entre otros, con el propio Albert Barranco, participante de “Supervivientes 2020”).

Pero, Gloria ha tenido que volver a sentarse en un plató de televisión por la entrada de dos personas muy importantes en su vida en el mencionado reality que se graba en Honduras: Rocío Flores, que es su sobrina y amiga personal y la actual mujer de su padre y madre de su hermano pequeño, Ana María Aldón, de la que es defensora en plató.

La joven ha decidido sincerarse en su canal de Instagram. Lo ha hecho a través de un vídeo donde ha explicado el gran cambio de estado físico que ha vivido a lo largo de los últimos años. La joven siempre había sido muy delgada y nunca vivió obsesionada por adelgazar ni por el físico, ya que nunca había pensado que poseía mal cuerpo.

Hasta que cumplió los 18 años de edad.

Empezó a desestabilizarse emocionalmente, con la entrada en prisión de su padre Ortega Cano

Por ejemplo, tuvo que acostumbrarse a que la gente la reconociese por la calle o que la persiguiesen los medios de comunicación. Una mala época que tuvo que vivir sola, además de añadirse los problemas de su hermano y de su padre.

Empezó a comer compulsivamente por culpa de la depresión y la ansiedad que sufrió. De 50 kilos pasó a 65 en menos de dos meses. Empezó a salir de fiesta y recuerda aquella época de una manera muy negativa, físicamente y emocional. Y no sabe cómo pasó tan rápido el tiempo en aquella época.

Tras vivir la aventura junto a su pareja, Kiko Jiménez, de “Supervivientes” decidió cambiar su cuerpo, por lo que contrató los servicios de un nutricionista para poder cambiar su ritmo de vida. Fue acostumbrándose a hacer ejercicio y aprendió a llevar una buena alimentación. Logró sentirse mejor y recomendó a sus seguidores que no se puede vivir con complejos.